8/11/2016, 23:56
Datsue se vio impulsado por la plataforma de madera y voló fuera del vagón haciendo aspavientos.
—Esto me pasa por tratar de ser amable... —farfulló.
Daruu olió pelea donde no la hubo, de modo que dejó de estar relajado en el asiento y brincó para posar los pies en el marco de la ventana por la que había salido disparado el Uchiha. Así, quedó de cuclillas, observando al takigakuriense con cara de pocos amigos.
—Oye... ¡Tiempo muerto!, ¿quieres? —solicitó—. Si te molestó lo del empate, era una broma. Hasta yo oí que fue una pelea muy disputada, y además el tipo era un Uchiha. Pese a que hay excepciones como yo, suele ser un clan muy competente.
—Eres un idiota. Eso no tiene por qué molestarme.
—En serio, los de Ame me caéis muy bien. Es más, ¡hasta mi mejor amiga es de allí! Aotsuki Ayame, como supongo conocerás.
Daruu levantó la ceja derecha y bajó por completo del tren entregándose a la lluvia.
—Antes de nada, voy a dejarte clarita una cosa, mentecato —Se señaló el pecho con el dedo índice—. Yo soy un mandado, así que no tengo nada que ver con lo que los mandamases hicieran con Kusa. ¡Es más, no lo apruebo! Tampoco me parece un tema con el que frivolizar ni bromear. Miles de muertos. Así que no vuelvas a hacerlo.
—Esto me pasa por tratar de ser amable... —farfulló.
Daruu olió pelea donde no la hubo, de modo que dejó de estar relajado en el asiento y brincó para posar los pies en el marco de la ventana por la que había salido disparado el Uchiha. Así, quedó de cuclillas, observando al takigakuriense con cara de pocos amigos.
—Oye... ¡Tiempo muerto!, ¿quieres? —solicitó—. Si te molestó lo del empate, era una broma. Hasta yo oí que fue una pelea muy disputada, y además el tipo era un Uchiha. Pese a que hay excepciones como yo, suele ser un clan muy competente.
—Eres un idiota. Eso no tiene por qué molestarme.
—En serio, los de Ame me caéis muy bien. Es más, ¡hasta mi mejor amiga es de allí! Aotsuki Ayame, como supongo conocerás.
Daruu levantó la ceja derecha y bajó por completo del tren entregándose a la lluvia.
—Antes de nada, voy a dejarte clarita una cosa, mentecato —Se señaló el pecho con el dedo índice—. Yo soy un mandado, así que no tengo nada que ver con lo que los mandamases hicieran con Kusa. ¡Es más, no lo apruebo! Tampoco me parece un tema con el que frivolizar ni bromear. Miles de muertos. Así que no vuelvas a hacerlo.