10/11/2016, 19:25
(Última modificación: 10/11/2016, 20:02 por Uzumaki Eri.)
La ira mezclada con el dolor que sentía tras su pérdida era tal que no podía dejar de golpear la puerta con fuerza, una fuerza diferente a la que ella tenía ya que no se alimentaba de sus músculos o de su poder, sino de sus más oscuros y crueles sentimientos; mientras chillaba para dejar salir todo el dolor que sentía en su interior.
—Porque sois mis juguetes, Eri-chan...
''¿Ay-''
En su cabeza su voz se vio quebrada tras sentir como algo gélido la atravesaba por detrás para después terminar de abrir todo su cuerpo con el arma, y sintió como el dolor la invadía todo el cuerpo para instaurarse en sus pulmones, incapaces de adquirir el aire necesario para seguir respirando, capaz, poco a poco, de olvidar cómo se hacía.
—JIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIA
Su cuerpo comenzó a pesar sobre sus pies y se vio obligada a caer contra la puerta que segundos atrás estaba siendo herida por sus puños, qué ironía; pues la puerta maltratada ahora tendría que socorrerla para que no acabase cayendo contra la moqueta que tenía a sus pies. Pero poco duró ya que sus piernas respondieron por última vez antes de dejarla caer contra el frío suelo.
—Porque sois mis juguetes, Eri-chan...
''¿Ay-''
En su cabeza su voz se vio quebrada tras sentir como algo gélido la atravesaba por detrás para después terminar de abrir todo su cuerpo con el arma, y sintió como el dolor la invadía todo el cuerpo para instaurarse en sus pulmones, incapaces de adquirir el aire necesario para seguir respirando, capaz, poco a poco, de olvidar cómo se hacía.
—JIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIAJIA
Su cuerpo comenzó a pesar sobre sus pies y se vio obligada a caer contra la puerta que segundos atrás estaba siendo herida por sus puños, qué ironía; pues la puerta maltratada ahora tendría que socorrerla para que no acabase cayendo contra la moqueta que tenía a sus pies. Pero poco duró ya que sus piernas respondieron por última vez antes de dejarla caer contra el frío suelo.