14/11/2016, 23:14
Ayame gritó y agitó con violencia a su hermano. Gritó una vez más, pero Kori no reaccionó.
Sin embargo, fuera, en el pasillo, los pasos se detuvieron. Y comenzaron a caminar hacia la habitación donde ella y su hermano se hospedaban.
—¿Eh? ¿Alguien ha roto mi ilusioncilla? ¿Me lo habré imaginaaaaAAAAADOOOOOO? —canturreaba una voz familiar. Toc, toc, sonaban los pasos.
El cuchillo salió de su torso, pues el atacante de Eri parecía haberse dado cuenta de algo. Se dio la vuelta, cabizbajo.
De pronto, la herida de Eri se había cerrado, y no había sangre.
Sin embargo, fuera, en el pasillo, los pasos se detuvieron. Y comenzaron a caminar hacia la habitación donde ella y su hermano se hospedaban.
—¿Eh? ¿Alguien ha roto mi ilusioncilla? ¿Me lo habré imaginaaaaAAAAADOOOOOO? —canturreaba una voz familiar. Toc, toc, sonaban los pasos.
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El cuchillo salió de su torso, pues el atacante de Eri parecía haberse dado cuenta de algo. Se dio la vuelta, cabizbajo.
De pronto, la herida de Eri se había cerrado, y no había sangre.