21/11/2016, 00:07
¿Qué había pasado? A saber, lo único cierto era que ambos entes se le habían adelantado casi como si hubiesen estado de acuerdo desde el principio para robarle a la kunoichi, aunque era un tanto llamativo que a Reih no le hayan hecho nada o puede que la hayan reconocido de alguna manera… ~El apellido… ~Pensó por un instante suponiendo que era el causante del problema. Puede que si su compañero de aldea no hubiese dicho nada tal vez no estaría ahora mismo corriendo, o puede que el otro también estuviese implicado, a saber.
Lo importante en ese momento para la Senju era atrapar al perro y recuperar el cepillo que le habían robado y por qué no, darle un buen par de golpes al dueño para que vigile mejor a su mascota, aunque claro, se supone que era un shinobi pero en ningún momento dejó a vista algún detalle de que realmente fuese así.
—Como lo entierre… —Susurró para sí misma en plena marcha justo cuando estaba saliendo del pueblo para internarse en un área boscosa.
Pero todo lo que la rodeaba le daba exactamente lo mismo, quería recuperar aquello que se le había arrebatado sin motivo, es más, podrían haber apuntado al dinero o puede que… ~¿Qué? ¿Era para alejarme de la vista de todo mundo? ~Otra posibilidad que se le había venido a la cabeza, pero aquí entraría a jugar un papel importante aquel complejo de superioridad que poseía la chica, es decir, no se dejaría intimidar ni nada por el estilo, no frente a un solo supuesto shinobi y su mascota diminuta.
Para sorpresa de la rubia, el chico estaba de pie allí, en el medio del bosque sosteniendo el cepillo en una mano aunque no parecía muy alerta por lo que Noemi pudo darse el lujo de arrebatarle el dichoso objeto aprovechando la velocidad que había alcanzado corriendo.
—Ahora, dame un muy buen motivo para no darte una paliza a ti a tu perro. —Soltó tajante mientras trataba de limpiar la saliva que había quedado en el cepillo usando solo las manos.
Todo lo demás, los alrededores, el claro, los posibles animales, todo lo estaba ignorando y tenía la mirada clavada en el supuesto shinobi.
Lo importante en ese momento para la Senju era atrapar al perro y recuperar el cepillo que le habían robado y por qué no, darle un buen par de golpes al dueño para que vigile mejor a su mascota, aunque claro, se supone que era un shinobi pero en ningún momento dejó a vista algún detalle de que realmente fuese así.
—Como lo entierre… —Susurró para sí misma en plena marcha justo cuando estaba saliendo del pueblo para internarse en un área boscosa.
Pero todo lo que la rodeaba le daba exactamente lo mismo, quería recuperar aquello que se le había arrebatado sin motivo, es más, podrían haber apuntado al dinero o puede que… ~¿Qué? ¿Era para alejarme de la vista de todo mundo? ~Otra posibilidad que se le había venido a la cabeza, pero aquí entraría a jugar un papel importante aquel complejo de superioridad que poseía la chica, es decir, no se dejaría intimidar ni nada por el estilo, no frente a un solo supuesto shinobi y su mascota diminuta.
Para sorpresa de la rubia, el chico estaba de pie allí, en el medio del bosque sosteniendo el cepillo en una mano aunque no parecía muy alerta por lo que Noemi pudo darse el lujo de arrebatarle el dichoso objeto aprovechando la velocidad que había alcanzado corriendo.
—Ahora, dame un muy buen motivo para no darte una paliza a ti a tu perro. —Soltó tajante mientras trataba de limpiar la saliva que había quedado en el cepillo usando solo las manos.
Todo lo demás, los alrededores, el claro, los posibles animales, todo lo estaba ignorando y tenía la mirada clavada en el supuesto shinobi.