22/11/2016, 23:44
Mogura había hecho una propuesta a la chica y esta había aceptado, como parte de la idea en general había un par de opciones. Quedarse a subir las capsulas o ir al deposito y encontrar un objeto que hiciese de linea para unirlas a todas y prevenir ciertos riesgos.
Subiré las capsulas entonces.
Contestó a las palabras de su compañera y amiga. Para luego desprenderse de su paraguas y ponerse manos a la tarea, no parecían ser los objetos mas pesados del universo pero prefería no arriesgarse a que se le fuesen de las manos y se reventaran contra el piso siquiera antes de empezar el viaje, por lo que realizó movimientos bastante técnicos que sacrificaban un poco de tiempo a cambio de seguridad.
Una cosa que pudo llegar a concluir mientras estaba haciendo su parte del trabajo era que aquella mujer que estaba encargada del trabajo era más fuerte de lo que aparentaba o él estaba tomándose demasiado su tiempo. Para cuando la Sarutobi habría vuelto a entrar en escena, con su cuerda-tesoro en manos, el muchacho de cabello azabache habría subido casi todas las capsulas y estaría con la última en las manos.
¡No esperaba menos de una gran kunoichi!
Comentó depositando en su lugar, fríamente calculado para mayor seguridad, la última de las capsulas para luego tomar la cuerda ofrecida por la muchacha de pelo blanco.
Gracias, Kato-chan.
Dijo contestando a las palabras de la chica. No era ningún genio de los nudos como para hacer un sistema perfecto y aprueba de tontos pero haría lo mejor que pudiese para asegurar la estabilidad de aquellos contenedores tanto como sus habilidades lo permitiesen. ¿El resultado? Una cuerda que se daba un par de giros alrededor de cada capsula y se agarraba cada vez que podía de los bordes del carro.
Con esto, todos los elementos se encuentran vinculados entre sí y a la vez están vinculados a la estructura.
Pensaba evaluando su trabajo. Desvió entonces su mirada hacía la kunoichi con la intención de notificarle que ya estaba todo listo para partir.
Oh, ya veo... Cuando tu digas entonces. Ya esta todo listo.
Dijo con una ligera sonrisa en respuesta a su comentario, la ruta era importante y parecía que la kunoichi la tenía como una prioridad. Lo cierto era que por un momento Mogura había dejado de darle tanta importancia en pos de centrarse en la seguridad del carrito.
Subiré las capsulas entonces.
Contestó a las palabras de su compañera y amiga. Para luego desprenderse de su paraguas y ponerse manos a la tarea, no parecían ser los objetos mas pesados del universo pero prefería no arriesgarse a que se le fuesen de las manos y se reventaran contra el piso siquiera antes de empezar el viaje, por lo que realizó movimientos bastante técnicos que sacrificaban un poco de tiempo a cambio de seguridad.
Una cosa que pudo llegar a concluir mientras estaba haciendo su parte del trabajo era que aquella mujer que estaba encargada del trabajo era más fuerte de lo que aparentaba o él estaba tomándose demasiado su tiempo. Para cuando la Sarutobi habría vuelto a entrar en escena, con su cuerda-tesoro en manos, el muchacho de cabello azabache habría subido casi todas las capsulas y estaría con la última en las manos.
¡No esperaba menos de una gran kunoichi!
Comentó depositando en su lugar, fríamente calculado para mayor seguridad, la última de las capsulas para luego tomar la cuerda ofrecida por la muchacha de pelo blanco.
Gracias, Kato-chan.
Dijo contestando a las palabras de la chica. No era ningún genio de los nudos como para hacer un sistema perfecto y aprueba de tontos pero haría lo mejor que pudiese para asegurar la estabilidad de aquellos contenedores tanto como sus habilidades lo permitiesen. ¿El resultado? Una cuerda que se daba un par de giros alrededor de cada capsula y se agarraba cada vez que podía de los bordes del carro.
Con esto, todos los elementos se encuentran vinculados entre sí y a la vez están vinculados a la estructura.
Pensaba evaluando su trabajo. Desvió entonces su mirada hacía la kunoichi con la intención de notificarle que ya estaba todo listo para partir.
Oh, ya veo... Cuando tu digas entonces. Ya esta todo listo.
Dijo con una ligera sonrisa en respuesta a su comentario, la ruta era importante y parecía que la kunoichi la tenía como una prioridad. Lo cierto era que por un momento Mogura había dejado de darle tanta importancia en pos de centrarse en la seguridad del carrito.