27/11/2016, 18:35
La chica citó los datos de la tarjeta, del encargo, y Mogura inmediatamente se puso a buscar algo relacionado entre las numerosas cristaleras. La Sarutobi no tardó en hacer lo mismo, se dice que cuatro ojos ven mas que dos. Las vasijas de cristal contenían flores de todos los colores, ramos de diversas composiciones, y eso por no hablar de los tipos de flores. Cualquiera adivinaba de cuál se trataba el encargo. ¿Sería quizás mejor idea traer al cliente hasta el carro en cada ocasión? Sonaba algo ridículo, pero es que las flores son muy mentirosas.
Sin demasiada demora su compañero recalcó un de las vasijas, en la cuál se hallaban unas flores diminutas de color rojo. La verdad, de lazo rojo no veía nada, pero quizás las flores tuviesen ese nombre. En ningún lado decía que tuviesen que estar atadas por un lazo rojo, simplemente ponía "lazo rojo" así, a secas.
—Pues si... puede... La verdad es que no tengo ni idea, no veo ningún lazo rojo, por ninguna de las vidrieras. Quizás es el nombre de éstas, ¿no?
La chica se encogió de hombros, con una mueca de clara duda. Aun así, le volvió a echar un vistazo a los jarrones de cristal, por si acaso caía la breva y había algún lazo de color rojo por los fondos de éstas. Tras un breve vistazo, terminó por volver al mismo resultado; no había ningún tipo de lazo o venda de color rojo. Dejó caer un pequeño suspiro, y volvió a encogerse de hombros.
—Yo no veo ninguna otra cosa parecida... la llevamos arriba y le preguntamos al cliente, seguro que quien la comprase sabrá qué pidió.
Tampoco le faltaba razón, aunque depender de la opinión del comprador también podía traer alguna consecuencia negativa. No todo el mundo es honesto.
Sin demasiada demora su compañero recalcó un de las vasijas, en la cuál se hallaban unas flores diminutas de color rojo. La verdad, de lazo rojo no veía nada, pero quizás las flores tuviesen ese nombre. En ningún lado decía que tuviesen que estar atadas por un lazo rojo, simplemente ponía "lazo rojo" así, a secas.
—Pues si... puede... La verdad es que no tengo ni idea, no veo ningún lazo rojo, por ninguna de las vidrieras. Quizás es el nombre de éstas, ¿no?
La chica se encogió de hombros, con una mueca de clara duda. Aun así, le volvió a echar un vistazo a los jarrones de cristal, por si acaso caía la breva y había algún lazo de color rojo por los fondos de éstas. Tras un breve vistazo, terminó por volver al mismo resultado; no había ningún tipo de lazo o venda de color rojo. Dejó caer un pequeño suspiro, y volvió a encogerse de hombros.
—Yo no veo ninguna otra cosa parecida... la llevamos arriba y le preguntamos al cliente, seguro que quien la comprase sabrá qué pidió.
Tampoco le faltaba razón, aunque depender de la opinión del comprador también podía traer alguna consecuencia negativa. No todo el mundo es honesto.