29/11/2016, 20:22
Se acomodó apoyando la espalda en el chasis metálico del tren y cruzando los brazos. Entrecerró los ojos mirando a Datsue fijamente.
—Tienes razón... Lo siento mucho, no volverá a suceder —dijo, aunque no calló por mucho tiempo—. Aunque... hablando de frivolidades. ¿No te parece todavía más frívolo el hecho de que semejante genocidio no haya tenido consecuencia alguna? Y ojo, que no te acuso a ti. ¡Ni siquiera a tu Villa! Sino a todo Oonindo. ¿Qué clase de sociedad tenemos para que meses después estemos celebrando una fiesta en forma de Torneo junto con los mandamases que orquestaron todo esto como si nada hubiese pasado? ¿No te parece que sale demasiado barato asesinar a miles de personas, como tú dices?
Durante un momento, estuvo a punto de cometer una estupidez por perder los nervios, pero Daruu era un muchacho inteligente, y él mismo solía sobreanalizar las cosas. Quitó su apoyo del tren y se acarició la barbilla, todavía sin quitarle el ojo a aquél chico.
—Sí, definitivamente, sale demasiado barato asesinar a miles de personas, y también sale demasiado barato revelar que has sido un líder en la sombra en Amegakure cuando podrías ser simplemente un farsante que se acaba de hacer con el poder, o un topo de los otros dos líderes de aldea, ¿verdad? —dejó escapar una pequeña risita—. Sin embargo, la gente de mi villa aceptó el liderazgo de la nueva Yui, tal vez porque no se atrevían a plantarle cara, ¿o será por otra cosa? Por supuesto que ha aportado pruebas, pero un poco de lavado de cerebro y un poco de fabricación y algo falso se vuelve de pronto verdadero. ¿Por qué entonces sin apenas rebelión todo el mundo ha aceptado esta nueva autoridad?
»Por conveniencia. Si no ha pasado nada con lo de Yui, ha sido por conveniencia. Todo el mundo tiene algo que ganar en un país sin una guerra civil, y la excusa sonaba lo suficientemente convincente para que todo el mundo se abrazara a eso que tanto nos conviene. Somos unos simples genin, hay cosas que sin duda se nos escapan. ¿Qué sucedió entre los kage y entre los servicios de inteligencia entre la destrucción de Kusagakure y el Torneo?
Daruu se acercó un poco.
—Se supone que Kenzou nos iba a traicionar. ¿Resulta creíble? Depende. ¿Por qué la Uzukage no ha plantado demasiada cara tras la masacre? Quizás le convenía, ¿no? Y... Permíteme que te recuerde que hasta hace muy poco yo no conocía la existencia de ningún País del Río, ni de ninguna Aldea Oculta de la Cascada. ¿Sería muy arriesgado entonces insinuar que tal vez a Yubiwa y al señor feudal de tu país le conviniera más aceptar lo que había ocurrido que exigirle ningún tipo de crimen de guerra a Amegakure?
»Por otra parte, en el torneo la antigua Yui murió. Tanto si el plan de destruir Kusagakure fue idea de esa antigua Yui como si no, la nueva ha dicho que ella no tuvo la culpa. Y esa es la versión oficial, que nadie ha tenido los huevos de negar. ¿Nadie ha tenido huevos, o es que ha sido conveniente no tenerlos? Quizás sucedieron más cosas en esa reunión que tuvieron los tres. Resulta conveniente que la única responsable oficial de lo que pasó ahora esté muerta. Resulta conveniente que sucediera en medio de un Torneo, donde estábamos todos. Resulta conveniente celebrar una unión cuando más riesgo hay de conflicto, y que todo el mundo se arroje a la celebración. ¿Cómo dicen, pan y circo, no?
Daruu tomó aire, bajó la mirada a los pies de Datsue y se llevó una mano a la frente.
—Mierda, he hablado demasiado. ¿Pero captas la idea, verdad? Hasta ahora, Oonindo no parece un lugar muy justo, y no creo que esto vaya a cambiar. Al final, sólo somos tribus y cada uno defendemos nuestros intereses.
«Paso demasiado tiempo con Seremaru.»