1/06/2015, 12:28
(Última modificación: 1/06/2015, 12:29 por Amedama Daruu.)
Oh, pero no iba a ser tan fácil como Yota pretendería hacerlo. El hombretón pareció percibirle por el rabillo del ojo y agarró su pierna al pleno vuelo. Haciendo uso de la propia energía cinética del mocoso, dio la vuelta sobre sí mismo aún con el tobillo agarrado y lo lanzó en la dirección de Daruu. Yota pasó justo por encima, sobrevoló por encima de unos arbustos y se estampó contra el tronco del árbol que había detrás. Daruu cometió el error de mirar hacia atrás, preocupándose de pronto por el extraño que en el fondo había venido a salvarle.
Craso error.
Sintió un brazo rodeándole el cuello y el frío beso de un puñal, afilado, muy afilado.
—Ya veo lo peligrosos que sois, niñatos —dijo, riéndose. El aliento le olía como si se hubiera zampado cien cabras en podredumbre—. Solo os iba a robar las cosas, pero ahora que habéis intentado zurrarme, os tendré que matar. Nadie se enfrenta a la banda de Chiyo el del Cuchillo y vive para contarlo.
Quizás no era el mejor momento para reirse. Tenía que admitirlo. Pero no pudo evitar soltar una sonora, sonora carcajada que retumbó en todo el claro del bosque. El cuchillo se apretó más contra su piel, y sintió el helado filo cortar la piel. Un hilillo de sangre resbalaba ahora por su clavícula. Gimió.
—¿¡Te ríes de mí, hijo de puta!? ¡¡Despídete de tu vida!!
Apartó el cuchillo hacia un lado, lo giró de modo que la punta apuntase hacia la garganta del rubio, y la movió con agilidad hacia su garganta.
—Qué nombre más ridículo —dijo Daruu antes de prender su cabeza en llamas, como una bombilla. Sí, ya lo sé, qué comparación más tonta. Pero le sirvió para que el hombre se asombrara de espanto y de quemazón en el brazo, soltara el cuchillo y se apartase de golpe.
Daruu pateó el cuchillo y de un salto se puso donde se encontraba Yota.
—Cambio de planes, extraño de Uzushio —dijo, tapándose la herida de la garganta con escozor—. Confiaré en ti. Chiyo el sin Cuchillo me parece más peligroso que tú.
—¡¡Chicos, a por ellos!!
Los cinco bandoleros, armados con navajas —menos Chiyo, que ya no tenía Cuchillo— corrían hacia ellos sin ningún orden particular. Como los bandidos sin formación que eran.
En teoría, no debían de tener problemas.
Craso error.
Sintió un brazo rodeándole el cuello y el frío beso de un puñal, afilado, muy afilado.
—Ya veo lo peligrosos que sois, niñatos —dijo, riéndose. El aliento le olía como si se hubiera zampado cien cabras en podredumbre—. Solo os iba a robar las cosas, pero ahora que habéis intentado zurrarme, os tendré que matar. Nadie se enfrenta a la banda de Chiyo el del Cuchillo y vive para contarlo.
Quizás no era el mejor momento para reirse. Tenía que admitirlo. Pero no pudo evitar soltar una sonora, sonora carcajada que retumbó en todo el claro del bosque. El cuchillo se apretó más contra su piel, y sintió el helado filo cortar la piel. Un hilillo de sangre resbalaba ahora por su clavícula. Gimió.
—¿¡Te ríes de mí, hijo de puta!? ¡¡Despídete de tu vida!!
Apartó el cuchillo hacia un lado, lo giró de modo que la punta apuntase hacia la garganta del rubio, y la movió con agilidad hacia su garganta.
—Qué nombre más ridículo —dijo Daruu antes de prender su cabeza en llamas, como una bombilla. Sí, ya lo sé, qué comparación más tonta. Pero le sirvió para que el hombre se asombrara de espanto y de quemazón en el brazo, soltara el cuchillo y se apartase de golpe.
Daruu pateó el cuchillo y de un salto se puso donde se encontraba Yota.
—Cambio de planes, extraño de Uzushio —dijo, tapándose la herida de la garganta con escozor—. Confiaré en ti. Chiyo el sin Cuchillo me parece más peligroso que tú.
—¡¡Chicos, a por ellos!!
Los cinco bandoleros, armados con navajas —menos Chiyo, que ya no tenía Cuchillo— corrían hacia ellos sin ningún orden particular. Como los bandidos sin formación que eran.
En teoría, no debían de tener problemas.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)