6/12/2016, 20:57
El chico intentó argumentar un motivo por el cuál había actuado de esa manera, pero las palabras se le escaparon, y no supo qué decir. Fue entonces que se posicionó en su sitio, y mantuvo una penitenciaria mirada cabizbaja hacia el horizonte. El silencio reinó bajo la lluvia por un rato. La verdad, la chica no era quién para acusarlo, pero ciertamente tampoco podía darle una palmada en la espalda y decirle "Bien hecho!" eso sería realmente hipócrita.
Continuaron el camino bajo el agua incesante hasta aproximarse al siguiente destino. En lo último del tramo que cursaban, el médico abrió al fin la boca. Por primera vez desde hacía un rato, parecía haber vuelto a sus cabales. Preguntó si debía volver para disculparse, aún no había dado por perdida la opción de disculparse y arreglar el asunto.
La chica gesticuló con la cabeza de forma positiva un par de veces, y cesó de empujar el carro. —Si, creo que deberíamos volver y disculparnos cuando terminemos el resto de encargos. Tampoco hace falta que te martirices por eso... Somos jóvenes, seguro que se lo ha tomado como una travesura...
Tomó la nota que indicaba los clientes y encargos, y le echó un pequeño vistazo. Guardó la nota de nuevo, y alzó la vista en busca de los números de los edificios. Rápidamente encontró lo que buscaba, y lo señaló para dar constancia a su compañero. Su dedo acusador señalaba un gran cartel de un restaurante, uno llamado "Mon petit chou".
—Mira, esa es la dirección del próximo cliente. —Concretó la chica ante el gesto. —Intentemos hacerlo bien en el resto de clientes, y seguro que compensa lo otro.
Ante la sugerencia, volvió a sonreír. A propósito o no, se había incluido en el pequeño accidente de antes como culpable. Eran dos en un equipo, y ambos estaban en el saco... para bien o para mal. Eso es lo que verdaderamente significa conformar un equipo, ¿no?
Continuaron el camino bajo el agua incesante hasta aproximarse al siguiente destino. En lo último del tramo que cursaban, el médico abrió al fin la boca. Por primera vez desde hacía un rato, parecía haber vuelto a sus cabales. Preguntó si debía volver para disculparse, aún no había dado por perdida la opción de disculparse y arreglar el asunto.
La chica gesticuló con la cabeza de forma positiva un par de veces, y cesó de empujar el carro. —Si, creo que deberíamos volver y disculparnos cuando terminemos el resto de encargos. Tampoco hace falta que te martirices por eso... Somos jóvenes, seguro que se lo ha tomado como una travesura...
Tomó la nota que indicaba los clientes y encargos, y le echó un pequeño vistazo. Guardó la nota de nuevo, y alzó la vista en busca de los números de los edificios. Rápidamente encontró lo que buscaba, y lo señaló para dar constancia a su compañero. Su dedo acusador señalaba un gran cartel de un restaurante, uno llamado "Mon petit chou".
—Mira, esa es la dirección del próximo cliente. —Concretó la chica ante el gesto. —Intentemos hacerlo bien en el resto de clientes, y seguro que compensa lo otro.
Ante la sugerencia, volvió a sonreír. A propósito o no, se había incluido en el pequeño accidente de antes como culpable. Eran dos en un equipo, y ambos estaban en el saco... para bien o para mal. Eso es lo que verdaderamente significa conformar un equipo, ¿no?