13/12/2016, 18:12
La súbita preocupación que invadió a Akame a raíz de la pequeña disputa que tuvieron los jugadores de cartas, provocó que a mi también se me contagiara. Estaba claro que nosotros nada podíamos hacer por evitar que nuestro cliente muriera, pero si que sería una mancha para nosotros como shinobis no poder concluir nuestra primera misión importante, ni si quiera llegar aunque solo fuera a tiempo.
Por otro lado, algo que parecía ajeno a nuestro querido compañero Datsue, que estaba pensando en otras cosas más ociosas, sobre todo cuando sustrajo de su nuca, como por arte de magia, una humilde libreta y lapicero, y comenzó a escribir de una hoja que arrancó de ella, alegre y ensimismado en sus pensamientos. Algo que Akame no pudo evitar ir a investigar de forma descarada que era aquello que estaba escribiendo su hermano Uchiha con tanto esmero.
De todos modos, Datsue estaba tan concentrado en sus intenciones, que solo yo me di cuenta de que Akame estaba escudriñando aquello escrito, y al ver su rostro y de como apretó la mandíbula, de nada bueno se podía tratar. Aunque me podía hacer una idea de se trataba el asunto.
¡Venga va! Comemos y nos vamos para allá! Por mi parte era algo sencillo, comí mi pan recién hecho que unté generosamente con mantequilla y no me duró mucho más de tres bocados. Inflando mis mofletes a más no poder, me supuso un esfuerzo el tragar, que por tomarme demasiadas prisas, me atraganté un poco y me tocó servirme de un par de vasos de agua para no acabar ahogado por comer tan a prisa.
Después Akame despachó su plato y por último, a Datsue se le acumuló la faena por pedir tal cantidad de comida, que no comenzó a comer hasta que acabó con su pequeña nota que dejó durante un rato sobre la mesa a la vista, pudiendo leer sin problemas lo que había escrito, para después plegar su mensaje y colocarlo debajo de su vaso.
Tras leer aquello, no pude evitar sonreír, y soltar un resoplido, por el esfuerzo que me supuso de evitar partirme de risa. -Venga va Datsue, deja de murmurar y termina ya de comer. Deja lo demás para cuando acabemos Le dije con sorna, tratando de meterle prisa.
Una vez todos terminamos Akame habló serio y decidido, esta vez quizás con más razón de la cuenta.
—Deberíamos ponernos en marcha. El viejo Yamabushi parece a punto de quebrarse en cualquier momento, y no quiero fallar mi primera misión de rango C antes siquiera de empezarla —
Nos levantamos finalmente de nuestra mesa, dispuestos a abandonar el local, pero antes de salir yo me dispuse a hacer una última parada a la barra del local para saldar aquella cena que me supuso un desembolso mucho mayor del que había previsto. Afortunadamente tenía suficiente para pagar aquella broma de mal gusto.
—Nuestro único objetivo en este lugar es escoltar al señor Yamabushi hasta el mausoleo de sus ancestros.
-Muy bien pues, acabemos con esto de una vez. Comenté mientras me dirigía hacía la salida del establecimiento ajeno a Akame cuando sustrajo la nota de Datsue del vaso. Pero había algo que me rondaba la cabeza, en el peor de los casos...¿Cual sería nuestra responsabilidad en caso de llegar tarde? ¿A caso se nos podría culpar por ello?
No lo tengo claro...la verdad...
Por otro lado, algo que parecía ajeno a nuestro querido compañero Datsue, que estaba pensando en otras cosas más ociosas, sobre todo cuando sustrajo de su nuca, como por arte de magia, una humilde libreta y lapicero, y comenzó a escribir de una hoja que arrancó de ella, alegre y ensimismado en sus pensamientos. Algo que Akame no pudo evitar ir a investigar de forma descarada que era aquello que estaba escribiendo su hermano Uchiha con tanto esmero.
De todos modos, Datsue estaba tan concentrado en sus intenciones, que solo yo me di cuenta de que Akame estaba escudriñando aquello escrito, y al ver su rostro y de como apretó la mandíbula, de nada bueno se podía tratar. Aunque me podía hacer una idea de se trataba el asunto.
¡Venga va! Comemos y nos vamos para allá! Por mi parte era algo sencillo, comí mi pan recién hecho que unté generosamente con mantequilla y no me duró mucho más de tres bocados. Inflando mis mofletes a más no poder, me supuso un esfuerzo el tragar, que por tomarme demasiadas prisas, me atraganté un poco y me tocó servirme de un par de vasos de agua para no acabar ahogado por comer tan a prisa.
Después Akame despachó su plato y por último, a Datsue se le acumuló la faena por pedir tal cantidad de comida, que no comenzó a comer hasta que acabó con su pequeña nota que dejó durante un rato sobre la mesa a la vista, pudiendo leer sin problemas lo que había escrito, para después plegar su mensaje y colocarlo debajo de su vaso.
Tras leer aquello, no pude evitar sonreír, y soltar un resoplido, por el esfuerzo que me supuso de evitar partirme de risa. -Venga va Datsue, deja de murmurar y termina ya de comer. Deja lo demás para cuando acabemos Le dije con sorna, tratando de meterle prisa.
Una vez todos terminamos Akame habló serio y decidido, esta vez quizás con más razón de la cuenta.
—Deberíamos ponernos en marcha. El viejo Yamabushi parece a punto de quebrarse en cualquier momento, y no quiero fallar mi primera misión de rango C antes siquiera de empezarla —
Nos levantamos finalmente de nuestra mesa, dispuestos a abandonar el local, pero antes de salir yo me dispuse a hacer una última parada a la barra del local para saldar aquella cena que me supuso un desembolso mucho mayor del que había previsto. Afortunadamente tenía suficiente para pagar aquella broma de mal gusto.
—Nuestro único objetivo en este lugar es escoltar al señor Yamabushi hasta el mausoleo de sus ancestros.
-Muy bien pues, acabemos con esto de una vez. Comenté mientras me dirigía hacía la salida del establecimiento ajeno a Akame cuando sustrajo la nota de Datsue del vaso. Pero había algo que me rondaba la cabeza, en el peor de los casos...¿Cual sería nuestra responsabilidad en caso de llegar tarde? ¿A caso se nos podría culpar por ello?
No lo tengo claro...la verdad...