21/12/2016, 12:37
La deuda estaba amargamente saldada, la broma me salió por un pico. Pero que decir, sabía que esta pequeña inversión valía la pena, quería agradar a mis compañeros Uchichas, ese apellido que aseguró mi abuelo que era garante de éxito. Sin embargo, era una tarea la mar de difícil, pues a pesar de que tanto Akame como Datsue compartieran ese apellido, sus personalidades eran "bastante" opuestas, y agradar a uno de ellos era sin duda, incomodar al otro.
Bueno...ya me las apañaré... Pensaba jovial mientras el dueño del establecimiento me aseguraba en persona agradecido por activa y por pasiva lo "buenos clientes" que habíamos sido al ver la suma de dinero que acababa de desembolsar en su establecimiento.
Sin embargo, antes de que pudiera darme la vuelta y encontrarme nuevamente con mis compañeros, la extraña camarera me interrumpió con una extraña petición.
-Dis...disculpe Shinobi-san. Dijo la chica claramente avergonzada, pues apenas podía mantener la mirada.
-Si, dime. Dije alegre para que intentar que no se sintiera incómoda.
-¿Que se van ya? ¿Tan pronto?
No hacía falta ser un lumbreras para darse cuenta de lo que estaba pasando, la camarera estaba coladita por mi. Pero yo era un shinobi muy entregado a mi deber, y no era muy partidario a las distracciones femeninas.
-Me temo que si ¿Por que?. Pregunté esta vez poniendo voz de interesante.
-¡Ohh...! Vaya... Dijo la chica desilusionada y cabizbaja. Pero de repente, parece que de inmediato cayó en la cuenta de algo, y de su delantal de camarera, tomó su libreta en donde tomaba nota de los pedidos de los clientes, tomó una hoja y empezó a escribir algo. Después dobló y plegó el papel dos veces para seguidamente darme aquella nota.
¡Oh! que embarazoso...tener que rechazar a la pobre muchacha... Me apenaba aquello, pero era lo que tenía que hacer...
-¿Podrías entregarle esta nota a tu amigo simpático? Dijo la mucachita más roja que un tomate.
Se me quedó la cara a cuadros, y yo que pensaba que todo este teatro era por mi...Que tonto que soy...se refiere a Datsue ja ja
-Esto...esto.... Estaba un poco descolocado todavía por mi pequeño error. -Claro, claro...yo se lo daré...no te preocupes.
Que decir, a la chica se le iluminó el rostro a más no poder, invadiendo su rostro una radiante sonrisa de satisfacción. -¿De veras?. Respondió la chica con verdadera ilusión. -Muchísimas gracias shinobi-san. Agradeció la chica en compañía de una reverencia.
-No hay de qué, ahora se la entrego Aseguré sonriente a la chica que se veía ahora tan feliz.
Por fin, pude volver a mis compañeros que mientras me acercaba a ellos parecían que discutían sobre algo. Para cuando me reuní con ellos, solo pude oír parte de la intervención de Akame que a pesar de sus palabras no se veía para nada incómodo, reacción totalmente opuesta a Datsue, que parecía bastante cabreado.
—. Si tienes frío hay formas menos distractivas de calentarse.
¿Pero que...?
—Gracias por la cena, Yoshimitsu-kun. No creo que hubiera podido llegar hasta el alcázar sin probar bocado.
Me olía algo de lo que acaba de pasar, no había que ser un erudito para darse cuenta. Por lo que lejos de entregar la nota a Datsue, algo que me disponía a hacer, la guardé a buen recaudo dentro de mi túnica para el final de nuestra misión....
-Esto...no hay de qué, no hay de qué. Dije con disimulo mientras guardaba aquello...-¿Va todo bien por aquí? No me gusta veros enfadados chicos.... Dije preocupado, lo más diplomático que supe.
—¿Nos ponemos en marcha?
Afortunadamente parecía que no la cosa no fue a más, ellos se conocían bastante más que yo a ellos, y comprendía que entre ellos habría roces, solo rezaba no estar en medio muy a menudo en sus disputas, y menos aún, no tener que escoger ningún bando. Era de ese tipo de personas que trataba de llevarse bien con todo el mundo...y eso a veces...suele acabar mal...
-Claro, vayamos de inmediato. Sin perder más tiempo, nos dirigimos hacía la fortaleza de la familia Yamabushi sin demora.