24/12/2016, 16:13
Era muy común ver a la gente de Amegakure ingresando a todo tipo de lugares empapados de pies a cabeza, algunas personas no tan a gusto de recibir el regalo del dios de la lluvía acostumbraban a utilizar paraguas, otros podrían llegar a ser como Mogura que no se podían permitir un desempeño del 100% bajo aquel tipo de clima y por eso echaban mano al accesorio, en el caso de las hermanas simplemente necesitaban mantenerse secas por una cuestión de etiqueta del lugar. De ahí la razón el enorme paraguas con el que paseaban la capsula al interior del restaurante.
En respuesta a su interrogante, la kunoichi de melena blanca explicaría que aquel par eran dos kunoichi en medio de una misión y, al igual que ellos, estaban sustituyendo a otra gente. El joven médico asentiría con la cabeza un par de veces dándole a entender que se daba por satisfecho con aquella explicación y finalmente imitaría a la chica en su gesto de encogerse de hombros, parecía que varías personas se habían tomado el día.
Supongo que es una buena oportunidad para los genin de la aldea, llenar un poco el expediente y todo eso...
Atinaría a comentar mientras la kunoichi se daba a la tarea de revisar el siguiente destino al cual deberían partir desde aquel sitio.
Si seguimos a este ritmo, seguro que antes de la hora de comer estamos terminando.
Dijo con una ligera sonrisa en el rostro mientras colaboraba empujando el carrito cargado de flores.
El camino sin duda alguna podía ser silencioso a veces, silencioso al estilo de Amegakure, el sonido de los carteles fluorescentes en las calles y el ruido de la lluvia quedaba como algo que era parte del paisaje. El momento entre encargo y encargo daba la oportunidad perfecta para una pregunta rápida.
Profiteroles...
Justo en aquel momento estarían pasando por un negocio de esos tipo panadería y pastelería el cual tenía en vidriera elegantemente presentados el postre que hasta aquel momento Mogura tenía entendido como el favorito de la Sarutobi.
¿Siguen siendo tus preferidos, Kato-chan?
Una pregunta bastante simple, no pensaba preguntarle si había logrado incinerar a aquel sujeto o si había completado su objetivo por el cual pulía tanto su elemento ígneo, podría llegar a ser hasta casi insultante desde su punto de vista. No, simplemente deseaba saber si los gustos de su compañera habían cambiado en aquel último año que había pasado.
En respuesta a su interrogante, la kunoichi de melena blanca explicaría que aquel par eran dos kunoichi en medio de una misión y, al igual que ellos, estaban sustituyendo a otra gente. El joven médico asentiría con la cabeza un par de veces dándole a entender que se daba por satisfecho con aquella explicación y finalmente imitaría a la chica en su gesto de encogerse de hombros, parecía que varías personas se habían tomado el día.
Supongo que es una buena oportunidad para los genin de la aldea, llenar un poco el expediente y todo eso...
Atinaría a comentar mientras la kunoichi se daba a la tarea de revisar el siguiente destino al cual deberían partir desde aquel sitio.
Si seguimos a este ritmo, seguro que antes de la hora de comer estamos terminando.
Dijo con una ligera sonrisa en el rostro mientras colaboraba empujando el carrito cargado de flores.
El camino sin duda alguna podía ser silencioso a veces, silencioso al estilo de Amegakure, el sonido de los carteles fluorescentes en las calles y el ruido de la lluvia quedaba como algo que era parte del paisaje. El momento entre encargo y encargo daba la oportunidad perfecta para una pregunta rápida.
Profiteroles...
Justo en aquel momento estarían pasando por un negocio de esos tipo panadería y pastelería el cual tenía en vidriera elegantemente presentados el postre que hasta aquel momento Mogura tenía entendido como el favorito de la Sarutobi.
¿Siguen siendo tus preferidos, Kato-chan?
Una pregunta bastante simple, no pensaba preguntarle si había logrado incinerar a aquel sujeto o si había completado su objetivo por el cual pulía tanto su elemento ígneo, podría llegar a ser hasta casi insultante desde su punto de vista. No, simplemente deseaba saber si los gustos de su compañera habían cambiado en aquel último año que había pasado.