13/01/2017, 22:03
(Última modificación: 11/09/2017, 21:36 por Inuzuka Nabi.)
Un día lluvioso en Amegakure, como todos los demás, un buen día. Mogura llevaba sus pasos en una dirección con bastante seguridad, no parecía haber nada que le fuese a detener de lograr su cometido aquel día. Dicho objetivo era el de comenzar a cumplir con uno de sus deberes como shinobi, el realizar misiones y ganar su propio sustento gracias a los buenos resultados en estas.
Ya ha pasado un tiempo desde que me gradué y aun no acredito ninguna misión cumplida.
Pensaba mientras esquivaba alguno que otro charco, algunos otros no se molestaba en pisarlos pues su calzado era bastante apropiado. El joven médico se escudaba de la lluvia con un paraguas, como había hecho desde que tenía memoria. En la academia se habían encargado de templar su carácter lo suficiente como para hacer que tolerase el agua que no paraba de caer del cielo, pero él prefería usar el accesorio de todos modos.
¿Veré a Arashikage-sama en persona o me derivaran a un encargado?
Había cierta expectativa en su cabeza, sería algo interesante tener frente a él a la líder de la aldea y que esta le entregase el pergamino de su misión, pero era una misión de lo más básica y probablemente tenía asuntos más importantes que cumplir.
No paso mucho más tiempo hasta que se vio delante del edificio del Arashikage, uno de los más altos en toda la aldea sino el más alto. Sin dudarlo cruzó por la entrada y se adentró en el lugar, procurando cerrar el paraguas al pasar.
Buenos días.
Saludo cordialmente a una persona en la recepción, acompañando su saludo de una reverencia.
Es mi primera vez solicitando una misión ¿Sería tan amable de decirme con quien debería hablar?
Ya ha pasado un tiempo desde que me gradué y aun no acredito ninguna misión cumplida.
Pensaba mientras esquivaba alguno que otro charco, algunos otros no se molestaba en pisarlos pues su calzado era bastante apropiado. El joven médico se escudaba de la lluvia con un paraguas, como había hecho desde que tenía memoria. En la academia se habían encargado de templar su carácter lo suficiente como para hacer que tolerase el agua que no paraba de caer del cielo, pero él prefería usar el accesorio de todos modos.
¿Veré a Arashikage-sama en persona o me derivaran a un encargado?
Había cierta expectativa en su cabeza, sería algo interesante tener frente a él a la líder de la aldea y que esta le entregase el pergamino de su misión, pero era una misión de lo más básica y probablemente tenía asuntos más importantes que cumplir.
No paso mucho más tiempo hasta que se vio delante del edificio del Arashikage, uno de los más altos en toda la aldea sino el más alto. Sin dudarlo cruzó por la entrada y se adentró en el lugar, procurando cerrar el paraguas al pasar.
Buenos días.
Saludo cordialmente a una persona en la recepción, acompañando su saludo de una reverencia.
Es mi primera vez solicitando una misión ¿Sería tan amable de decirme con quien debería hablar?
Hablo - Pienso