14/01/2017, 00:57
(Última modificación: 29/07/2017, 01:46 por Amedama Daruu.)
Hoyōbi, 16 de Bienvenida del año 217
La noche caía sobre Amegakure, pero parecía que, en el Distrito Comercial, la ciudad estaba lejos de considerar la idea de irse a dormir. Ni siquiera la constante lluvia era capaz de menguar la actividad. Los neones alumbraban aquí y allá y los comerciantes gritaban al aire sus ofertas y asaltaban a los ciudadanos más despistados para intentar atraerlos a consumir sus productos.
Ayame había salido recientemente de la academia, y ahora se unía a la enorme multitud protegida bajo un paraguas y con la mirada sumergida en un libro que sostenía en su mano libre. "Fundamentos del Ninjutsu" rezaba la portada. En realidad, las clases del primer día tras el examen de genin habían terminado hacía varias horas, pero ella se había entretenido practicando el tiro con shuriken en un rincón personal que había hecho suyo detrás del edificio.
Su principal intención era la de regresar a su casa cuanto antes, pero entonces una voz conocida llamó su atención.
—¿Y te gustan las pizzas de ese tipo? —decía el de ojos blancos.
—Sí, ¿sabes dónde puedo comer una parecida?
—Las mías si que están buenas chaval.
—¿Y cómo hago para probar una de tus pizzas? Tengo mucho hambre
Ayame parpadeó, perpleja. Daruu estaba a apenas unos metros de distancia hablando con alguien que ella no conocía pero que se le antojaba familiar. Era un chico de aproximadamente su misma edad pero notablemente más alto que ella y con la tez inusualmente bronceada para encontrarse en la aldea donde se encontraba. Sus cabellos eran de un vivo color rojo y los llevaba peinados hacia atrás, sujetos por la bandana que lucía en su frente.
A Ayame se le hizo un nudo en el estómago.
—Sí tus pizzas son tan buenas como dices puede que tengas un cliente nuevo.
—¿Qué es una pizza...? —se le escapó a Ayame, sin poder evitarlo por más tiempo, pero enseguida se mordió el labio inferior al darse cuenta de que había delatado su posición...
Y el hecho de que había estado escuchando una conversación ajena.