21/01/2017, 12:52
Cuando supe el propósito de todo aquello, de tanto intento absurdo de provocarme con palabras, en vez de cagarse en mis muertos o recordarme lo puta que era mi madre...Se me quedó la cara a cuadros, dándome cuenta de algo en el acto.
¡Joder claro! Esto es como una casa de citas, pero en vez de citas es de hostias
Pero veía de mal gusto eso de que otros shinobis nada más ver la bandana de Kusagakure tuvieran que bromear con lechugas...No tenía puto sentido.
Joder con la lechuga...
—¿Que qué quiero? —la pregunta le pilló desprevenido—. Lo quiero todo, shinobi-kun, todo.
Quedé sorprendido por su respuesta, que por cierto fue una respuesta que me gustó. No conocía muchos chavales de nuestra edad que tuvieran tanta ambición como la de aquel muchacho, y como yo. Todos se dedicaban a marear la perdiz con chorradas, como ir detrás de las chicas, o pensar en comer porquerías de mariquitas. Yo era un tipo liberal que respetaba esas mierdas pero...
Cuando quieren que yo lo haga...me calienta mucho...
-Joder tío que buena respuesta, ya me caes bien ¿Ves? Ya casi ni me acuerdo del intento de chiste de la lechuga. Tras meditar su respuesta, quedé pensativo un poco preocupado. Y no precisamente por que se me estaba haciendo eterna la espera de mi segunda pierna de cordero. -Pues tenemos un problema, yo también quiero todo ¿Sabes? O compartimos como hace la gente civilizada o acabaremos mal...bueno acabaras. Sonreí bromista.
—Pero por el momento me conformaré con zurrarte… o con que me rompas los dientes de no conseguirlo. Pero te lo advierto —se pasó la lengua por los dientes—, tengo los dientes duros.
Vaya, vaya...
-¿Zurrarme? Bueno puede ser, pero entonces es posible que también te zurre. Pero no te preocupes, no te voy a hacer la putada de romperte los dientes. Si te rompo algo, que sea algo que se pueda curar con el tiempo ¿No? Volví a bromear un rato, hasta que sus ojos cambiaron de un tierno marrón claro a un color más caótico, un rojo intenso que para nada era natural. Entonces ya me puse más serio.
¡¿Pero que cojones...?!
-¡Joder tío tus ojos! ¡Han cambiado de color! Exclamé ante aquello, que me resultó de lo más inesperado. Y como cabía de esperar, algo llamé la atención por que comenzamos a ganar la atención de algunas personas.
—¿Qué me dices, Kusagureño? ¿O me vas a decir que has viajado hasta aquí por la comida?
-Aquí tiene shinobi-san, su pierna de cordero
Joder fue decir eso por parte del shinobi de la Espiral y justo vino mi comida. Aquella pierna estaba recién hecha y humeaba un aroma muy embriagador.
-¡Si joder! Exclamé mientras me frotaba las manos. -Me acabo esto y nos partimos la cara...así de mientras me comentas que te ha pasado en los ojos...¿Eso te pasa cuando quieres pelear o algo?Pregunté intrigado, pues no hacía falta decir que nunca había visto algo igual.
¡Joder claro! Esto es como una casa de citas, pero en vez de citas es de hostias
Pero veía de mal gusto eso de que otros shinobis nada más ver la bandana de Kusagakure tuvieran que bromear con lechugas...No tenía puto sentido.
Joder con la lechuga...
—¿Que qué quiero? —la pregunta le pilló desprevenido—. Lo quiero todo, shinobi-kun, todo.
Quedé sorprendido por su respuesta, que por cierto fue una respuesta que me gustó. No conocía muchos chavales de nuestra edad que tuvieran tanta ambición como la de aquel muchacho, y como yo. Todos se dedicaban a marear la perdiz con chorradas, como ir detrás de las chicas, o pensar en comer porquerías de mariquitas. Yo era un tipo liberal que respetaba esas mierdas pero...
Cuando quieren que yo lo haga...me calienta mucho...
-Joder tío que buena respuesta, ya me caes bien ¿Ves? Ya casi ni me acuerdo del intento de chiste de la lechuga. Tras meditar su respuesta, quedé pensativo un poco preocupado. Y no precisamente por que se me estaba haciendo eterna la espera de mi segunda pierna de cordero. -Pues tenemos un problema, yo también quiero todo ¿Sabes? O compartimos como hace la gente civilizada o acabaremos mal...bueno acabaras. Sonreí bromista.
—Pero por el momento me conformaré con zurrarte… o con que me rompas los dientes de no conseguirlo. Pero te lo advierto —se pasó la lengua por los dientes—, tengo los dientes duros.
Vaya, vaya...
-¿Zurrarme? Bueno puede ser, pero entonces es posible que también te zurre. Pero no te preocupes, no te voy a hacer la putada de romperte los dientes. Si te rompo algo, que sea algo que se pueda curar con el tiempo ¿No? Volví a bromear un rato, hasta que sus ojos cambiaron de un tierno marrón claro a un color más caótico, un rojo intenso que para nada era natural. Entonces ya me puse más serio.
¡¿Pero que cojones...?!
-¡Joder tío tus ojos! ¡Han cambiado de color! Exclamé ante aquello, que me resultó de lo más inesperado. Y como cabía de esperar, algo llamé la atención por que comenzamos a ganar la atención de algunas personas.
—¿Qué me dices, Kusagureño? ¿O me vas a decir que has viajado hasta aquí por la comida?
-Aquí tiene shinobi-san, su pierna de cordero
Joder fue decir eso por parte del shinobi de la Espiral y justo vino mi comida. Aquella pierna estaba recién hecha y humeaba un aroma muy embriagador.
-¡Si joder! Exclamé mientras me frotaba las manos. -Me acabo esto y nos partimos la cara...así de mientras me comentas que te ha pasado en los ojos...¿Eso te pasa cuando quieres pelear o algo?Pregunté intrigado, pues no hacía falta decir que nunca había visto algo igual.