8/06/2015, 13:49
-Bah! Contesté a Masa con intención de zanjar el asunto. -Dos centurias son suficientes como para que no quede algo podrido por aquí. Si quedara algo pudriéndose, sería muy posterior a la gran guerra, algo que sin duda, seria muy sospechoso ¿No crees?
Un sótano que había resistido el paso del tiempo, existían muchas incógnitas y lo único que surgía de mi cabeza era una marea de preguntas. Pero el tema de los cadáveres lo tenía más que claro, aquí solo encontraríamos huesos y harapos, nada más. Y si realmente hubiera algo así. No perteneció ni pertenecería a lo que en su día se conocía como la villa oculta de Konoha, ni remotamente.
No me esperaba esto, pero Masa rechazó mi ofrecimiento. No era por nada, pero él era más dueño legítimo que yo de esta placa. Además su rechazo vino acompañado de un argumento muy pobre y sin sentido, algo que me dejó perplejo a la par que extrañado. Por lo que le contesté -Para saber hacía donde vamos debemos conocer de donde venimos. Pero bueno allá tu...solo te diré que la mente tiende a olvidar.
Me guardé la placa en mi cinturón dado que mis portaobjetos estaban a rebosar de arcilla. "Sabía que era tonto, ¿Pero no sabía que serlo tanto fuera posible..."
Por lo menos cuando le invité a que abriera la puerta tuvo una buena idea, tomó su bastón molón y le asestó un golpe seco que fue más que suficiente para que se viniera abajo al instante. Ahorrándose el riesgo que sufrir algún percance en sus carnes. Cuando la puerta cayó, desató una nueva polvareda que nos cegó irremediablemente, obligándonos a esperar a que el polvo descansara de nuevo para poder continuar. Para evitar respirar el polvo, me llevé la túnica al rostro para respirar a través de la tela, y cumpliera la función de filtro improvisado.
Cuando por fin pudimos volver a ver, vimos que se abría ante nosotros unas escaleras que bajaban todavía más hacía abajo. Me asomé y vi oscuridad pocos metros más abajo, puesto que la luz del exterior ya no alcanzaba más. Se podía notar que bajando por las escaleras, la temperatura disminuía y se oía perfectamente una corriente de aire, eso me dio a entender que existía un lugar en donde se podía salir por otro lado. La pregunta era hacía donde.
-Hmmm esto continua, veamos a donde nos lleva...¿Te atreves? Le pregunté a Masa, que seguro que se negaba.
Mientras se lo pensaba, tomé un par de antorchas que se veían optimas para su uso que se encontraban a ambos lados de la escalera y las prendí con éxito con una pequeña yesca y pedernal que llevaba en mis bolsillos.
-Con esto bastará...o eso espero. Musité
Un sótano que había resistido el paso del tiempo, existían muchas incógnitas y lo único que surgía de mi cabeza era una marea de preguntas. Pero el tema de los cadáveres lo tenía más que claro, aquí solo encontraríamos huesos y harapos, nada más. Y si realmente hubiera algo así. No perteneció ni pertenecería a lo que en su día se conocía como la villa oculta de Konoha, ni remotamente.
No me esperaba esto, pero Masa rechazó mi ofrecimiento. No era por nada, pero él era más dueño legítimo que yo de esta placa. Además su rechazo vino acompañado de un argumento muy pobre y sin sentido, algo que me dejó perplejo a la par que extrañado. Por lo que le contesté -Para saber hacía donde vamos debemos conocer de donde venimos. Pero bueno allá tu...solo te diré que la mente tiende a olvidar.
Me guardé la placa en mi cinturón dado que mis portaobjetos estaban a rebosar de arcilla. "Sabía que era tonto, ¿Pero no sabía que serlo tanto fuera posible..."
Por lo menos cuando le invité a que abriera la puerta tuvo una buena idea, tomó su bastón molón y le asestó un golpe seco que fue más que suficiente para que se viniera abajo al instante. Ahorrándose el riesgo que sufrir algún percance en sus carnes. Cuando la puerta cayó, desató una nueva polvareda que nos cegó irremediablemente, obligándonos a esperar a que el polvo descansara de nuevo para poder continuar. Para evitar respirar el polvo, me llevé la túnica al rostro para respirar a través de la tela, y cumpliera la función de filtro improvisado.
Cuando por fin pudimos volver a ver, vimos que se abría ante nosotros unas escaleras que bajaban todavía más hacía abajo. Me asomé y vi oscuridad pocos metros más abajo, puesto que la luz del exterior ya no alcanzaba más. Se podía notar que bajando por las escaleras, la temperatura disminuía y se oía perfectamente una corriente de aire, eso me dio a entender que existía un lugar en donde se podía salir por otro lado. La pregunta era hacía donde.
-Hmmm esto continua, veamos a donde nos lleva...¿Te atreves? Le pregunté a Masa, que seguro que se negaba.
Mientras se lo pensaba, tomé un par de antorchas que se veían optimas para su uso que se encontraban a ambos lados de la escalera y las prendí con éxito con una pequeña yesca y pedernal que llevaba en mis bolsillos.
-Con esto bastará...o eso espero. Musité