25/01/2017, 01:31
(Última modificación: 25/01/2017, 01:34 por Uchiha Datsue.)
Haskoz rugió de alegría al ver que su improvisada patada voladora impactaba en Yoshimitsu. Pero, si creía que con eso sería suficiente para tumbar al gorila que tenía en frente, no podía estar más equivocado. El muy cabrón ni siquiera había trastabillado, manteniendo el equilibrio sobre el suelo con la fuerza y el poderío de un árbol milenario.
Los pies de Haskoz cayeron sobre el ahora irregular suelo y trató de no perder el equilibrio. Entonces alzó la vista y vio que las manos de Yoshimitsu se dirigían a él como dos serpientes, buscando hincar el diente. No le hacía falta el sharingan para saber que se dirigían al cuello, y, pese a que intentó evadirlo, el cansancio y el dolor acumulado que tenía en el cuerpo le hicieron reaccionar un segundo más tarde de lo debido... y un segundo más tarde significaba no esquivar un ataque; o que tu propio jutsu no alcanzase al enemigo; o, incluso, a veces un segundo más tarde significaba morir.
Las manos de Yoshimitsu envolvieron su pescuezo como una trampa para osos, privándole del oxígeno y convirtiendo la piel pálida del Uchiha en un color azul nada saludable. Las manos de Haskoz buscaron con frenetismo y desesperación una solución: primero, arañando los troncos que tenía por brazos Yoshimitsu; y, luego, buscando la única arma que parecían tener a su alcance: el shuriken clavado en el pecho del Kusagureño.
El dedo índice de Haskoz se introdujo en el orificio de la estrella metálica, y nuevamente repitió el proceso de rajarle de lado a lado. Esta vez, un tajo en diagonal, que le hizo un serio corte desde el pecho hasta el costado izquierdo, pasando peligrosamente cerca del pezón. Acto seguido, estampó el shuriken en uno de los brazos de Yoshimitsu —concretamente en su bíceps derecho—, haciéndose un pequeño corte en la palma de la mano por accidente en el proceso, mientras que sus últimas fuerzas se le escapaban entre los dedos, ahora entumecidos...
La vista se le nubló. Los pulmones le ardieron, desesperados por una brizna de aire. La cabeza le dolía, a la vez que iba perdiendo la consciencia poco a poco, mientras las rodillas le flojeaban y la nuca le picaba más que nunca…
Si alguien hubiese podido verlo, hubiese observado que la serpiente tatuada en la nuca de Haskoz se había movido, como despertada de un largo sueño. Si alguien hubiese podido apreciarlo, hubiese notado que los ojos del Uchiha también habían cambiado. Seguían teñidas de rojo, y las dos aspas continuaban adornando ambas pupilas, pero el brillo en su mirada era distinto, así como el alma que reflejaba…
• PV:–
• CK:–
Sharingan activado
Inventario:
Daño recibido
Daño causado
Los pies de Haskoz cayeron sobre el ahora irregular suelo y trató de no perder el equilibrio. Entonces alzó la vista y vio que las manos de Yoshimitsu se dirigían a él como dos serpientes, buscando hincar el diente. No le hacía falta el sharingan para saber que se dirigían al cuello, y, pese a que intentó evadirlo, el cansancio y el dolor acumulado que tenía en el cuerpo le hicieron reaccionar un segundo más tarde de lo debido... y un segundo más tarde significaba no esquivar un ataque; o que tu propio jutsu no alcanzase al enemigo; o, incluso, a veces un segundo más tarde significaba morir.
Las manos de Yoshimitsu envolvieron su pescuezo como una trampa para osos, privándole del oxígeno y convirtiendo la piel pálida del Uchiha en un color azul nada saludable. Las manos de Haskoz buscaron con frenetismo y desesperación una solución: primero, arañando los troncos que tenía por brazos Yoshimitsu; y, luego, buscando la única arma que parecían tener a su alcance: el shuriken clavado en el pecho del Kusagureño.
El dedo índice de Haskoz se introdujo en el orificio de la estrella metálica, y nuevamente repitió el proceso de rajarle de lado a lado. Esta vez, un tajo en diagonal, que le hizo un serio corte desde el pecho hasta el costado izquierdo, pasando peligrosamente cerca del pezón. Acto seguido, estampó el shuriken en uno de los brazos de Yoshimitsu —concretamente en su bíceps derecho—, haciéndose un pequeño corte en la palma de la mano por accidente en el proceso, mientras que sus últimas fuerzas se le escapaban entre los dedos, ahora entumecidos...
La vista se le nubló. Los pulmones le ardieron, desesperados por una brizna de aire. La cabeza le dolía, a la vez que iba perdiendo la consciencia poco a poco, mientras las rodillas le flojeaban y la nuca le picaba más que nunca…
Si alguien hubiese podido verlo, hubiese observado que la serpiente tatuada en la nuca de Haskoz se había movido, como despertada de un largo sueño. Si alguien hubiese podido apreciarlo, hubiese notado que los ojos del Uchiha también habían cambiado. Seguían teñidas de rojo, y las dos aspas continuaban adornando ambas pupilas, pero el brillo en su mirada era distinto, así como el alma que reflejaba…
Estado de Haskoz
• PV:
46/150
-15
– -8
–• CK:
41/60
+5
–Sharingan activado
Inventario:
- Hitai-ate [Cuello]
- Portaobjetos [Lateral derecho de la espalda, a la altura de la cadera] [9/10]
- Bomba sonora x1
- Bomba de humo x1
- Bomba de luz x1
- Hilo shinobi 3/3
- Paquete de 15 makabishi x1
- Kunai x1
- Shuriken x3 x2
- Bomba sonora x1
Daño recibido
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado