29/01/2017, 20:14
—Lo siento, Haskoz-kun. Calculé mal
—Solo unos centímetros abajo —le corrigió, ahora algo más calmado—. La próxima vez apunta al corazón. —Pero no a tu compañero de Aldea, hijo de la grandísima.
Akame se sentó a su lado, visiblemente cansado, pero ni de lejos con los dolores que estaba padeciendo el mayor de los Uchiha. Fue entonces cuando se dio cuenta que había perdido el combate. Se había desmayado, quedando a merced de su rival, y perdiendo toda oportunidad de sobrevivir en un combate real.
Apretó los dientes y miró a otro lado.
Siempre se había considerado superior al resto. Más inteligente, más ágil, más diestro… No era algo de lo que se vanagloriaba frente al resto, simplemente era un hecho que él asumía como tal, con la misma naturalidad que sabía que su pelo era blanco y sus ojos de color miel.
Akame le había devuelto a la realidad, y darse cuenta de eso le dolió tanto como la estocada que acababa de recibir.
—¿Cómo es posible? —La voz de Akame le sacó de sus pensamientos—. ¿Es alguna técnica secreta del clan? —añadió luego.
Haskoz se fijó que estaba mirando su herida. Donde debería estar su herida. Chasqueó la lengua.
—No. —¿O sí? Lo cierto era que no tenía ni idea—. Creo… No sé. Recuerdo que de pequeño, en el orfanato, me di un golpe con la cabeza contra la esquina de una pared… Sangré como un cerdo. Todavía se me nota la cicatriz cuando me rapo el pelo —de manera inconsciente, se rascó la parte posterior de la cabeza, donde una fina línea sin pelo bajaba en vertical—. Pero de un día para otro… Bueno, lo acabas de ver.
—Solo unos centímetros abajo —le corrigió, ahora algo más calmado—. La próxima vez apunta al corazón. —Pero no a tu compañero de Aldea, hijo de la grandísima.
Akame se sentó a su lado, visiblemente cansado, pero ni de lejos con los dolores que estaba padeciendo el mayor de los Uchiha. Fue entonces cuando se dio cuenta que había perdido el combate. Se había desmayado, quedando a merced de su rival, y perdiendo toda oportunidad de sobrevivir en un combate real.
Apretó los dientes y miró a otro lado.
Siempre se había considerado superior al resto. Más inteligente, más ágil, más diestro… No era algo de lo que se vanagloriaba frente al resto, simplemente era un hecho que él asumía como tal, con la misma naturalidad que sabía que su pelo era blanco y sus ojos de color miel.
Akame le había devuelto a la realidad, y darse cuenta de eso le dolió tanto como la estocada que acababa de recibir.
—¿Cómo es posible? —La voz de Akame le sacó de sus pensamientos—. ¿Es alguna técnica secreta del clan? —añadió luego.
Haskoz se fijó que estaba mirando su herida. Donde debería estar su herida. Chasqueó la lengua.
—No. —¿O sí? Lo cierto era que no tenía ni idea—. Creo… No sé. Recuerdo que de pequeño, en el orfanato, me di un golpe con la cabeza contra la esquina de una pared… Sangré como un cerdo. Todavía se me nota la cicatriz cuando me rapo el pelo —de manera inconsciente, se rascó la parte posterior de la cabeza, donde una fina línea sin pelo bajaba en vertical—. Pero de un día para otro… Bueno, lo acabas de ver.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado