8/06/2015, 22:06
Riko asintió ante el hecho de que Juro le estaba dando la razón, no había mejor momento para empezar a viajar que ese, recién graduados, aún eran jóvenes y tenían la mente abiertas a nuevos mundos y nuevas experiencias, pero de repente, la cara de su acompañante se iluminó mirando mar adentro y mientras le señalaba con el dedo, le dijo que quizás fuese un barco de la isla del té.
— Es posible, pero tienes razón es pronto, yo pensaba que llegaban mas tarde también. — Dijo Riko cuando se hubo girado y miraba con el ceño fruncido al barco.
Entonces surgió la pregunta de Juro. ¿Acaso era aquello una invitación a poder ver uno más de cerca? Lo fuera o no, el joven Shokkou lo tomó así, por lo que, con una sonrisa en su boca contestó.
— No... Pero hoy va a ser la primera vez, ¿te apuntas? —
Y antes de darle tiempo a responder ya estaba recogiendo sus cosas y echó a correr en dirección a los muelles, esperando no demorarse demasiado en llegar, por si el barco ya no estaba cuando ellos llegasen allí.
El viaje no duró apenas unos minutos, y teniendo en cuenta que aún era pronto, no se habían cruzado con mucha gente, por lo que llegaron más rápido de lo habitual y, afortunadamente, cuando los jóvenes llegaron allí el barco todavía no se había ido. De cerca era inmenso, mucho más grande de lo que Riko se había imaginado al verlo desde la playa.
— Es enorme, ¿eh? ¿Qué te parece si nos acercamos un poco más? — Y comenzó a andar a hurtadillas, poniendo todos sus esfuerzos en no hacer ningún ruido y cuando se dio cuenta, se percató de que estaba andando a cuatro patas, de la misma forma que una araña lo haría en aquella situación, algo un poco grotesco, pero eficaz, pues no emitía ni un ruido al avanzar.
Tras esquivar en varias ocasiones las miradas de los guardias del muelle, ambos se hallaban apoyados en el casco del barco, Riko, con una sonrisa enorme, pero con ganas de más.
— ¿Y si subimos? Será rápido, subir, echar un vistazo y salir, nadie nos ve, sin problemas, ¿okey? —
— Es posible, pero tienes razón es pronto, yo pensaba que llegaban mas tarde también. — Dijo Riko cuando se hubo girado y miraba con el ceño fruncido al barco.
Entonces surgió la pregunta de Juro. ¿Acaso era aquello una invitación a poder ver uno más de cerca? Lo fuera o no, el joven Shokkou lo tomó así, por lo que, con una sonrisa en su boca contestó.
— No... Pero hoy va a ser la primera vez, ¿te apuntas? —
Y antes de darle tiempo a responder ya estaba recogiendo sus cosas y echó a correr en dirección a los muelles, esperando no demorarse demasiado en llegar, por si el barco ya no estaba cuando ellos llegasen allí.
El viaje no duró apenas unos minutos, y teniendo en cuenta que aún era pronto, no se habían cruzado con mucha gente, por lo que llegaron más rápido de lo habitual y, afortunadamente, cuando los jóvenes llegaron allí el barco todavía no se había ido. De cerca era inmenso, mucho más grande de lo que Riko se había imaginado al verlo desde la playa.
— Es enorme, ¿eh? ¿Qué te parece si nos acercamos un poco más? — Y comenzó a andar a hurtadillas, poniendo todos sus esfuerzos en no hacer ningún ruido y cuando se dio cuenta, se percató de que estaba andando a cuatro patas, de la misma forma que una araña lo haría en aquella situación, algo un poco grotesco, pero eficaz, pues no emitía ni un ruido al avanzar.
Tras esquivar en varias ocasiones las miradas de los guardias del muelle, ambos se hallaban apoyados en el casco del barco, Riko, con una sonrisa enorme, pero con ganas de más.
— ¿Y si subimos? Será rápido, subir, echar un vistazo y salir, nadie nos ve, sin problemas, ¿okey? —
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»