8/02/2017, 15:59
(Última modificación: 23/05/2017, 11:31 por Amedama Daruu.)
Desde su escondite, vio con suma claridad cómo Hazegawa iniciaba su propio Byakugan por el chakra que se arremolinó en torno a sus ojos. Por no hablar de los evidentes signos: como las venas infladas de la sien, las que cualquier oftalmólogo,al verlas, se preguntaría si esa universidad a la que fue era realmente de prestigio o no.
«Es imposible que haya sospechado que les estoy espiando... ¿Sabemos leer la mente también? ¿Eso estaba en los pergaminos de la abuela?»
No, era imposible. De cualquier forma, fuese para lo que fuese que había activado el Ojo Blanco, su mira telescópica funcionaba como el zoom de un instrumento óptico regulable: podían ver a través de las paredes, por supuesto, pero tenían que fijar la vista y hacer zoom a propósito. A no ser que registrase la zona con ahínco a propósito en su dirección, no sería capaz de verlo. No tendría motivos para hacerlo.
Pero de todas formas le sacó el dedo, mandándolo a tomar por el culo. Ya sabéis. Por si acaso se fijaba. Mientras seguía con la observación.
«Es imposible que haya sospechado que les estoy espiando... ¿Sabemos leer la mente también? ¿Eso estaba en los pergaminos de la abuela?»
No, era imposible. De cualquier forma, fuese para lo que fuese que había activado el Ojo Blanco, su mira telescópica funcionaba como el zoom de un instrumento óptico regulable: podían ver a través de las paredes, por supuesto, pero tenían que fijar la vista y hacer zoom a propósito. A no ser que registrase la zona con ahínco a propósito en su dirección, no sería capaz de verlo. No tendría motivos para hacerlo.
Pero de todas formas le sacó el dedo, mandándolo a tomar por el culo. Ya sabéis. Por si acaso se fijaba. Mientras seguía con la observación.