—¡Pero serás hijo de puta, borracho de mierda! ¡Encima que intento ser educado con tu espada que sin e-!
Tamashi se movió a una velocidad imperceptible a ojos de todos los que estaban en la taberna, y su espada cayó con el peso del plomo sobre el cuello de Yoshimitsu, que aún estaba tumbado en el suelo destrozado del tatami. La katana atravesó tendones, músculo, arteria y carne, y rebanó la cabeza del bocazas bipolar aquél.
—Los más machotes son los que mueren primero. —Dijo, con voz queda. Luego, volvió a encararse al otro. Dio un par de vueltas a su katana, distraídamente.
—Mira, chaval, no tengo nada en contra tuya. Tú no has roto nada, pero me vas a ir relajando ese tonito y me vas a acompañar. Si lo haces, quizás vivas. Si no lo haces, te aseguro que vas a acabar como él.
—Elijo la muerte.
—La muerte tendrás. —Sostuvo su espada con más fuerza.
El instinto le hizo cerrar los ojos cuando aquél hijo de puta le enseñó una esfera pequeña, del tamaño de una canica grande. Las conocía de sobra, no obstante no esperaba que el destello que evadió fuera seguido de un pitido de un volumen anormalmente alto.
—¡Nnngh! —gimió el samurai, y tuvo que soltar la espada para taparse ambos oídos.
No obstante, Tamashi abrió los ojos. Se agachó, aún aturdido, y el shinobi pasó justo por encima de él. Cogió su espada con dificultades, y se dio la vuelta, empuñándola con fuerza.
—Elegiste mal.
Tamashi apareció de nuevo junto a Haskoz, nada más aterrizar de su embite volador. Con un ágil movimiento, dirigió un corte en horizontal, directo a rebanarle el cuello.
Tamashi se movió a una velocidad imperceptible a ojos de todos los que estaban en la taberna, y su espada cayó con el peso del plomo sobre el cuello de Yoshimitsu, que aún estaba tumbado en el suelo destrozado del tatami. La katana atravesó tendones, músculo, arteria y carne, y rebanó la cabeza del bocazas bipolar aquél.
—Los más machotes son los que mueren primero. —Dijo, con voz queda. Luego, volvió a encararse al otro. Dio un par de vueltas a su katana, distraídamente.
—Mira, chaval, no tengo nada en contra tuya. Tú no has roto nada, pero me vas a ir relajando ese tonito y me vas a acompañar. Si lo haces, quizás vivas. Si no lo haces, te aseguro que vas a acabar como él.
—Elijo la muerte.
—La muerte tendrás. —Sostuvo su espada con más fuerza.
El instinto le hizo cerrar los ojos cuando aquél hijo de puta le enseñó una esfera pequeña, del tamaño de una canica grande. Las conocía de sobra, no obstante no esperaba que el destello que evadió fuera seguido de un pitido de un volumen anormalmente alto.
—¡Nnngh! —gimió el samurai, y tuvo que soltar la espada para taparse ambos oídos.
No obstante, Tamashi abrió los ojos. Se agachó, aún aturdido, y el shinobi pasó justo por encima de él. Cogió su espada con dificultades, y se dio la vuelta, empuñándola con fuerza.
—Elegiste mal.
Tamashi apareció de nuevo junto a Haskoz, nada más aterrizar de su embite volador. Con un ágil movimiento, dirigió un corte en horizontal, directo a rebanarle el cuello.
![[Imagen: MsR3sea.png]](https://i.imgur.com/MsR3sea.png)
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