9/02/2017, 22:48
Entrenar duro… claro. ¿Tan obvio era que no lo había estado haciendo? ¿Tan obvio era su falta de entreno, su falta de disciplina?
Apretó los dientes, mientras recogía los shurikens perdidos por el suelo y los devolvía a su portaobjetos. Era algo que tenía que cambiar. Por los Dioses que iba a cambiar. Se pondría a entrenar duro desde aquel mismo instante. De hecho, ya estaba perdiendo el tiempo. Tenía que recuperar su vieja tabla de entrenamiento y ponerse al día. Puede que incluso hacer algún viaje, que le sacase de su ahora habitual zona de confort. Algún país extranjero…
El Valle de los Dojos, pensó. El valle de los duelos desde tiempos inmemoriales. Sí, un lugar tan bueno como cualquier otro. Pero antes tendría que hacer alguna misioncilla para pagarse la primera factura del apartamento y cubrir los gastos. Eso, y ponerse a tono. No servía de nada marchar aquel mismo día con el lamentable estado de forma física en el que se encontraba. Lo único que conseguiría sería hacer el ridículo… o hallar la muerte, en algún golpe tonto. Bah, tampoco hay porque exagerar… Pero sí, el Valle de los Dojos. Cada vez que lo pienso me parece mejor idea. El destino perfecto.
—E... ¡Espera, Haskoz-kun! —la voz de Akame le volvió a sacar de su ensmismamiento—. Creo que yo también voy a dejarlo por hoy, ¿qué te parece si te ayudo a reparar esa ventana?
—¿Eh? —aquel ofrecimiento le pilló a pie cambiado. Sabía que Akame era un chico extremadamente amable y cortés, pero jamás se hubiese imaginado que se hubiese ofrecido para ayudarle en algo tan… aburrido. ¿Quién en su sano juicio lo hubiese hecho? Él, desde luego, no—. Ah, ya… Es que… Verás, Noemi también se ofreció a ayudarme —explicó, tirando por lo fácil. A veces las mentiras más sencillas eran las mejores—. Normalmente estaría encantado de que te unieses a ayudarnos, pero… Es la primera vez que nos veremos tras nuestra primera cita y… Preferiría tener algo de intimidad con ella, ya me entiendes.
¿Por qué demonios su expresión se había suavizado de pronto? ¿Acaso el solo recuerdo de Noemi ya le hacía olvidarse de su reciente derrota? Descubrir aquel hecho, más que agradarle, le molestó. Era como si Noemi le estuviese ablandando, y eso era algo que no podía permitir... de ningún modo.
Apretó los dientes, mientras recogía los shurikens perdidos por el suelo y los devolvía a su portaobjetos. Era algo que tenía que cambiar. Por los Dioses que iba a cambiar. Se pondría a entrenar duro desde aquel mismo instante. De hecho, ya estaba perdiendo el tiempo. Tenía que recuperar su vieja tabla de entrenamiento y ponerse al día. Puede que incluso hacer algún viaje, que le sacase de su ahora habitual zona de confort. Algún país extranjero…
El Valle de los Dojos, pensó. El valle de los duelos desde tiempos inmemoriales. Sí, un lugar tan bueno como cualquier otro. Pero antes tendría que hacer alguna misioncilla para pagarse la primera factura del apartamento y cubrir los gastos. Eso, y ponerse a tono. No servía de nada marchar aquel mismo día con el lamentable estado de forma física en el que se encontraba. Lo único que conseguiría sería hacer el ridículo… o hallar la muerte, en algún golpe tonto. Bah, tampoco hay porque exagerar… Pero sí, el Valle de los Dojos. Cada vez que lo pienso me parece mejor idea. El destino perfecto.
—E... ¡Espera, Haskoz-kun! —la voz de Akame le volvió a sacar de su ensmismamiento—. Creo que yo también voy a dejarlo por hoy, ¿qué te parece si te ayudo a reparar esa ventana?
—¿Eh? —aquel ofrecimiento le pilló a pie cambiado. Sabía que Akame era un chico extremadamente amable y cortés, pero jamás se hubiese imaginado que se hubiese ofrecido para ayudarle en algo tan… aburrido. ¿Quién en su sano juicio lo hubiese hecho? Él, desde luego, no—. Ah, ya… Es que… Verás, Noemi también se ofreció a ayudarme —explicó, tirando por lo fácil. A veces las mentiras más sencillas eran las mejores—. Normalmente estaría encantado de que te unieses a ayudarnos, pero… Es la primera vez que nos veremos tras nuestra primera cita y… Preferiría tener algo de intimidad con ella, ya me entiendes.
¿Por qué demonios su expresión se había suavizado de pronto? ¿Acaso el solo recuerdo de Noemi ya le hacía olvidarse de su reciente derrota? Descubrir aquel hecho, más que agradarle, le molestó. Era como si Noemi le estuviese ablandando, y eso era algo que no podía permitir... de ningún modo.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado