11/06/2015, 16:57
Antes si quiera de poder explicar demasiado sus propias intenciones, Riko ya estaba avanzando para ver el barco más de cerca. Recogió sus cosas y echó a correr enseguida.
"No es muy diferente a mi, después de todo..."— pensó, mientras la escena le arrancaba una pequeña sonrisa en su rostro, antes de empezar a correr también.
La carrera no duro demasiado, Juro no había contando con su propia velocidad y la de su compañero. Ambos eran jóvenes, y tenian una velocidad similar, en apenas unos minutos ya habían logrado llegar al muelle. Aun de pie, empezó a coger varias bocanadas de aire, debido al esfuerzo de la carrera, por muy rápido que fuese, no era de piedra.
Complacido, ahora podía ver mucho mejor el barco. Lógicamente, era más grande de lo que había sido antes. Lo había apreciado vagamente en mitad de la carrera, pero con el esfuerzo no había podido apreciarlo como era debido.
— Si, lo es... — contestó,vagamente, mientras miraba embobado el barco, cosa que la pasaría factura. Casi ni se enteró de lo que le decían, lo hizo cuando vio a Riko, a cuatro patas, buscando cobertura entre las cajas que había repartidas por el muelle.
Juro lo siguió, más a rodillas que a gatas, pero le siguió. Había tramos en los que no había cajas, donde tuvo que imitar a Riko para avanzar velozmente. Pudo contar dos hombres que parecían vigilar el muelle, o al menos, eso deberían estar haciendo. Se podía oír una estridente conversación.
— ....¿Y que paso con la chavala esa que conociste en la isla? — en una de sus avanzadillas, Juro pudo ver que el que ambos parecían tener similar altura, y parecían adultos. El que preguntaba, tenía el pelo de color moreno en punta, ambos vestían un uniforme a rayas azules y blancas similar.
— Pues ahí se quedó — el otro tenía el pelo alborotado, y destasca por un rubio intenso. En el momento en el que lo dijo, se llevó ambos brazos a su nuca.
— ¿Y que va a pasar con Akane?
— ¡NO PUEDE SABERLO¡ — repentinamente cogió de ambos hombros al hombre con el que hablaba, con un matiz desesperado.
"Ya he visto bastante..." — en ese mismo momento, ambos llegaron al casco del barco, arrastrandose.
Riko parecía interesado en subir. El barco parecía grande, y no se apreciaba ningun ruido, exceptuando el de las olas, y el de esos dos...Ciertamente, la madera vieja, y la pintura negruzca en algunas partes de la proa y del mastil, le daban cierto toque tétrico. Aun así no tenia mucho que temer, las cajas mismas denotaban lo que era, un barco comercial.
— Claro, no matara a nadie un vistazo — comentó, mientras buscaba una forma de entrar. No podían dirigirse al pequeño puente que utilizaban, estaban los dos hombres.
Al final vió la solución. Se arrastró hacia la proa del barco, indicando a Riko para que le siguiese. Empezó a adherirse al extremo del barco con sus pies, haciendo uso de las pocas habilidades que conocía de la academia, sigilosamente. Nada más subir, pudo ver que se encontraba en el extremo izquierdo del barco, y que poco a poco se ensanchaba. Destacaba una pequeña edificación cuadrangular, en mitad de este, de donde salía el mastil negruzco, a varios metros de altura.
En el barco también había numerosas mallas de cuerdas, que dejaban ver un piso bajo donde estaban. Desde su posición no podía verse ninguna puerta, pero Juro estaba seguro de que justamente estaría en el lado contrario de la edificación. En el lateral derecho, también podía distinguirse una bajada, que sería probablemente de una escalera, pegada al borde del barco. Al avanzar podría darse cuenta de que había otra escalera en el lado izquierda, paralela a esta.
— Deberíamos avanzar con cuidado, al menos hasta ver un poco lo que hay — comentó, agachandose levemente, para no ser descubierto — ¿Quierés investigar un poco más? No parece haber nadie por la zona...
"No es muy diferente a mi, después de todo..."— pensó, mientras la escena le arrancaba una pequeña sonrisa en su rostro, antes de empezar a correr también.
La carrera no duro demasiado, Juro no había contando con su propia velocidad y la de su compañero. Ambos eran jóvenes, y tenian una velocidad similar, en apenas unos minutos ya habían logrado llegar al muelle. Aun de pie, empezó a coger varias bocanadas de aire, debido al esfuerzo de la carrera, por muy rápido que fuese, no era de piedra.
Complacido, ahora podía ver mucho mejor el barco. Lógicamente, era más grande de lo que había sido antes. Lo había apreciado vagamente en mitad de la carrera, pero con el esfuerzo no había podido apreciarlo como era debido.
— Si, lo es... — contestó,vagamente, mientras miraba embobado el barco, cosa que la pasaría factura. Casi ni se enteró de lo que le decían, lo hizo cuando vio a Riko, a cuatro patas, buscando cobertura entre las cajas que había repartidas por el muelle.
Juro lo siguió, más a rodillas que a gatas, pero le siguió. Había tramos en los que no había cajas, donde tuvo que imitar a Riko para avanzar velozmente. Pudo contar dos hombres que parecían vigilar el muelle, o al menos, eso deberían estar haciendo. Se podía oír una estridente conversación.
— ....¿Y que paso con la chavala esa que conociste en la isla? — en una de sus avanzadillas, Juro pudo ver que el que ambos parecían tener similar altura, y parecían adultos. El que preguntaba, tenía el pelo de color moreno en punta, ambos vestían un uniforme a rayas azules y blancas similar.
— Pues ahí se quedó — el otro tenía el pelo alborotado, y destasca por un rubio intenso. En el momento en el que lo dijo, se llevó ambos brazos a su nuca.
— ¿Y que va a pasar con Akane?
— ¡NO PUEDE SABERLO¡ — repentinamente cogió de ambos hombros al hombre con el que hablaba, con un matiz desesperado.
"Ya he visto bastante..." — en ese mismo momento, ambos llegaron al casco del barco, arrastrandose.
Riko parecía interesado en subir. El barco parecía grande, y no se apreciaba ningun ruido, exceptuando el de las olas, y el de esos dos...Ciertamente, la madera vieja, y la pintura negruzca en algunas partes de la proa y del mastil, le daban cierto toque tétrico. Aun así no tenia mucho que temer, las cajas mismas denotaban lo que era, un barco comercial.
— Claro, no matara a nadie un vistazo — comentó, mientras buscaba una forma de entrar. No podían dirigirse al pequeño puente que utilizaban, estaban los dos hombres.
Al final vió la solución. Se arrastró hacia la proa del barco, indicando a Riko para que le siguiese. Empezó a adherirse al extremo del barco con sus pies, haciendo uso de las pocas habilidades que conocía de la academia, sigilosamente. Nada más subir, pudo ver que se encontraba en el extremo izquierdo del barco, y que poco a poco se ensanchaba. Destacaba una pequeña edificación cuadrangular, en mitad de este, de donde salía el mastil negruzco, a varios metros de altura.
En el barco también había numerosas mallas de cuerdas, que dejaban ver un piso bajo donde estaban. Desde su posición no podía verse ninguna puerta, pero Juro estaba seguro de que justamente estaría en el lado contrario de la edificación. En el lateral derecho, también podía distinguirse una bajada, que sería probablemente de una escalera, pegada al borde del barco. Al avanzar podría darse cuenta de que había otra escalera en el lado izquierda, paralela a esta.
— Deberíamos avanzar con cuidado, al menos hasta ver un poco lo que hay — comentó, agachandose levemente, para no ser descubierto — ¿Quierés investigar un poco más? No parece haber nadie por la zona...
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60