13/02/2017, 22:19
Karamaru no sabía donde lo depararía esa aburrida conversación. Solo era un shinobi adulto más que quería enseñarle cómo uno debe comportarse, a quién hay que respetar, en qué hay que creer, cómo hay que actuar. Si al final de todo lo que único que hacían era hacerte una persona completamente diferente, solamente para que cumplas con todo de lo que la mandamás ordena.
El morocho se puso a jugar con sus manos, con la cabeza mirando hacia ellas, arriba de sus muslos. Ya no dirigía la mirada al chunnin, solo a sus dedos y el baile que ejercían girando unos alrededor de otros. Tal vez no solo era porque no quería estar en su lugar, sino porque sus ojos mostraban una sensación de remordimiento, duda y confusión, y le era imposible mostrar eso. Con su cabello cayendo delante de ellos estarían ocultos y Karamaru más seguro.
¿Agradecer? En ningún momento pedí que esta aldea me proteja, y en ningún momento pedí que ese idiota diera por su vida por mí. ¿Por qué suponen todo el tiempo lo que la gente quiere?
—No todo es cómo ustedes y Shiona creen. Cuando uno pierde gente y se da cuenta de la realidad, de qué todo es diferente, de que nadie te puede ni quiere ayudar, cambias y.... y.... y....- Karamaru titubeó un momento. La imagen de su padre siendo arrastrando por la puerta de su casa se le vino a la mente. La última vez que lo vio. E igual que aquella vez por su cara corrían mejillas que tras caer del mentón empapaban su pantalón.
Y duele....- largó con una voz suave y de bajo tono, casi siniestra y melancólica.
¿Él debería ser detenido? ¿Y cómo así?
Karamaru respondió con silencio. Las lágrimas seguían corriendo y le era imposible responder a esa pregunta. Opciones se le venían muchas a la cabeza pero ninguna que ese hombre pudiese tomar como válidas. Solamente aferró fuertemente con las manos su pantalón y cerró con igual fuerza sus ojos.
El morocho se puso a jugar con sus manos, con la cabeza mirando hacia ellas, arriba de sus muslos. Ya no dirigía la mirada al chunnin, solo a sus dedos y el baile que ejercían girando unos alrededor de otros. Tal vez no solo era porque no quería estar en su lugar, sino porque sus ojos mostraban una sensación de remordimiento, duda y confusión, y le era imposible mostrar eso. Con su cabello cayendo delante de ellos estarían ocultos y Karamaru más seguro.
¿Agradecer? En ningún momento pedí que esta aldea me proteja, y en ningún momento pedí que ese idiota diera por su vida por mí. ¿Por qué suponen todo el tiempo lo que la gente quiere?
—No todo es cómo ustedes y Shiona creen. Cuando uno pierde gente y se da cuenta de la realidad, de qué todo es diferente, de que nadie te puede ni quiere ayudar, cambias y.... y.... y....- Karamaru titubeó un momento. La imagen de su padre siendo arrastrando por la puerta de su casa se le vino a la mente. La última vez que lo vio. E igual que aquella vez por su cara corrían mejillas que tras caer del mentón empapaban su pantalón.
Y duele....- largó con una voz suave y de bajo tono, casi siniestra y melancólica.
¿Él debería ser detenido? ¿Y cómo así?
Karamaru respondió con silencio. Las lágrimas seguían corriendo y le era imposible responder a esa pregunta. Opciones se le venían muchas a la cabeza pero ninguna que ese hombre pudiese tomar como válidas. Solamente aferró fuertemente con las manos su pantalón y cerró con igual fuerza sus ojos.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘