Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#4
Uchiha Reiji fue el primero en llegar a las cercanías del edificio de la Arashikage, por razones que para él —y sólo para él—, eran más que obvias. No cualquiera puede transformarse en un pájaro, y sobrevolar la aldea; evitándose el abultado tráfico de transeúntes que normalmente surcaban las calles de la aldea durante las mañanas.

Sólo él podía hacerlo, gracias a su mística máscara.

Una máscara que, sin embargo, no retiró de su rostro al ingresar a las instalaciones del edificio. Y aunque aparentemente nadie se había percatado de la metamorfosis que invadió su cuerpo al cambiar a su estado humano, era evidente que tan llamativo adorno iba a llamar la atención. Muchos voltearon a verle, otros lo dejaron pasar desapercibido.

La vieja que se encontraba postrada detrás del escritorio principal, sin embargo; frunció el ceño ante la intervención del muchacho. Le miró por el rabillo del ojo y exclamó:

—Antes que nada, debo pedirte que te retires la máscara. No es cortés conversar con alguien teniendo esa cosa puesta, ¿no crees? —dijo, todo mientras rebuscaba con la agilidad de un experimentado recepcionista la ficha de identificación que tuviera el nombre del más reciente invitado. Cuando la hubo encontrado, prosiguió: —. déjame echarle un ojo a tu ficha, Uchiha Reiji.

Ella conservó el silencio durante unos cuantos segundos, cerciorándose de la información. Y para cuando alzó la vista, no observaría a Reiji directamente, sino que, por el contrario; daría un vistazo a su alrededor. Como si tratase de encontrar a alguien más.

—Bien. En efecto, has sido convocado para una misión, pero no la realizarás tú solo. Se te ha asignado un equipo y ninguno de ellos ha llegado aún. ¿Te importaría esperar a que hicieran acto de presencia, a fin de daros las indicaciones a todos juntos, y no tener que volver a repetirme? —sentenció.

***

Kagetsuna estuvo apunto de llegar, cuando vio pasar sobre suyo a una especie de cuervo. Negro, oscuro como la mismísima noche, volando con naturalidad entre las gotas de lluvia.

Cualquiera habría esperado que éste se perdiera de nuevo entre los altísimos rascacielos que adornaban las calles de Amegakure, pero por extraño que pareciera; el animal continuó su vuelo en descenso y dejó que sus patas, finalmente, tocaran el suelo. Isa Kagetsuna pudo ver en primera fila —junto a Kaido, quien, un par de metros más atrás, también llevaba el mismo camino que el tuerto—; como el pájaro se convirtió de pronto en un humano. Aquel cambio, tan súbito y sorpresivo, tomó el tiempo suficiente como para que los cautivos espectadores no dudaran de lo que habían visto.

El escualo, ya más cercano a Kagetsuna, tuvo que compartir sus impresiones.

—O-S-T-I-A P-U-T-A —exclamó, con la boca abierta—. dime que has visto lo que yo: ¿o es que estoy alucinando?
Responder


Mensajes en este tema
RE: [Automisión D] De tiburones, tuertos y cuervos - por Umikiba Kaido - 17/02/2017, 23:10


This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.