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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#27
—Sí, los shinobi ayudan a la gente... Pero a la gente de su aldea, y a cambio de dinero —Ayame suspiró profundamente, hecha un completo lío. Dialogando no estaban llegando a ningún tipo de punto en común, y realmente estaba comenzando a cansarse de pensar en aquel rompecabezas sin sentido.

Por si no fuera poco, sentía la mano derecha cada vez más pegajosa por culpa de aquellos caramelos que sostenía. De buena gana los habría tirado a cualquier lugar, ¿pero qué debía hacer? ¿Podía confiar en las intenciones de la mujer? ¿Podía correr ese riesgo? ¿Pero y si sus sospechas resultaban ser ciertas? ¿Cómo podría soportar la carga de la culpabilidad?

Ambos muchachos seguían caminando, aunque Ayame al menos no tenía un rumbo fijo. Se limitaba a seguir la senda, tratando de alejarse lo máximo posible de aquella extraña mujer. Pero se les acababa el tiempo. Tenían que tomar una decisión, y tenían que hacerlo ya.

El picor en la garganta se volvía ya prácticamente insoportable; pero aunque sabía que debería guardar el poco agua que le quedaba, no podía aguantar la sed por más tiempo. Con ciertas dificultades por tener la mano derecha ocupada, volvió a abrir la cantimplora y apuró el poco líquido que le quedaba mientras escuchaba las palabras de Juro.

«Tendré que reponerla...» Reparó, y la perspectiva de beber agua directamente de un lago no le hizo la menor gracia. Pero no tenía elección, debía mantenerse hidratada por su condición como Hōzuki.

Para su desgracia, Juro también sentía que no podía desatenderse del tema. Aunque su ultima frase le arrancó una carcajada.

—No, por supuesto no podemos decirle algo así. Y menos cuando no estamos siquiera seguros de ello. En fin... no nos queda más remedio, vamos allá.

Aún a regañadientes, encaminó sus pasos hacia la dirección aproximada que Ayame recordaba haber visto que la muchacha se dirigía.

La suerte estaba echada.
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
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Mensajes en este tema
RE: El génesis de tu naturaleza oculta - por Aotsuki Ayame - 13/06/2015, 23:38


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