26/03/2017, 22:41
(Última modificación: 6/09/2017, 10:33 por Amedama Daruu.)
¿Habrá pasado suficiente tiempo? ¿Estaré listo? Eran preguntas que se hacía el calvo en su pequeño departamento en lo alto de uno de los tantos edificios. Era verdad que se había dicho a si mismo esperar a tener un nivel extraordinario para empezar a cumplir misiones y trabajos para su país, para enorgullecer el nombre su templo en las tierras de la lluvia.
Pero habían pasado unos meses, y aunque las flores de la primavera todavía florecían y el calor del verano esperaba su momento, el calvo se sentía más que listo para cumplir con sus objetivos. Tal vez no físicamente ni técnicamente, pero mentalmente estaba al tope. Era cuestión de una simple decisión de caminar de una vez por todas al edificio de la arashikage, una decisión que aquella mañana finalmente tomaría.
Se apretó fuerte su cinturón de tela a la cintura y se fue a las calles dejando la túnica y el sombrero en casa. Era una camino no muy largo que fue recorriendo bajo los techos de los grandes edificios.
"Que emoción, que emoción, al fin, al fin"- se repetía una y otra vez en la cabeza mientras veía que se acercaba cada vez más al notable edificio de destino.
Cuando finalmente cruzó las puertas y se vio a si mismo en la entrada principal, en el primer salón, del recinto buscó fervientemente con los ojos a alguien con pinta de empleado del lugar. Fueron unos segundos que terminaron con éxito y se apuro a poner sus pies en funcionamiento y se acercó.
Buenos días.- dijo con voz firme y clara. Dejó unos segundos para una respuesta y prosiguió.
—Soy shinobi- señaló su hitai-ate en la cinturón- Vengo con la petición de cumplir mi deber, de realizar una misión. ¿Eres la persona correcta para eso?
Pero habían pasado unos meses, y aunque las flores de la primavera todavía florecían y el calor del verano esperaba su momento, el calvo se sentía más que listo para cumplir con sus objetivos. Tal vez no físicamente ni técnicamente, pero mentalmente estaba al tope. Era cuestión de una simple decisión de caminar de una vez por todas al edificio de la arashikage, una decisión que aquella mañana finalmente tomaría.
Se apretó fuerte su cinturón de tela a la cintura y se fue a las calles dejando la túnica y el sombrero en casa. Era una camino no muy largo que fue recorriendo bajo los techos de los grandes edificios.
"Que emoción, que emoción, al fin, al fin"- se repetía una y otra vez en la cabeza mientras veía que se acercaba cada vez más al notable edificio de destino.
Cuando finalmente cruzó las puertas y se vio a si mismo en la entrada principal, en el primer salón, del recinto buscó fervientemente con los ojos a alguien con pinta de empleado del lugar. Fueron unos segundos que terminaron con éxito y se apuro a poner sus pies en funcionamiento y se acercó.
Buenos días.- dijo con voz firme y clara. Dejó unos segundos para una respuesta y prosiguió.
—Soy shinobi- señaló su hitai-ate en la cinturón- Vengo con la petición de cumplir mi deber, de realizar una misión. ¿Eres la persona correcta para eso?
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘