17/06/2015, 16:28
Ayame pareció aliviarse cuando la chica surgió, a pesar del golpe que se había llevado su compañero. Hizo ademán de preguntar, pero claro, la chica de negro estaba más que asustada. Juro se fijo más en lo que hacía, parecía estar buscando algo con desesperación. Mechones de pelo mojado se arremolinaban sobre su visión, y ella movía una y otra vez la cabeza, tratando de quitárselos, al tener las manos más que ocupadas.
Juro juraría que una mirada de incredulidad aparecería en la joven cuando veía con el rabillo del ojo como Ayame retrocedía, al igual que Juro, que estaba aun algo atontado como para ir por libre. Su compañera intentó terminar con el malentendido de raíz, contando la verdad.
— ¿Con mi madre? — preguntó, casi con incredulidad — ¿Y por qué os ha enviado aqui mi madre? Es más, ¿Por que debería fiarme de vosotros? Sois dos ninjas, lo veo en vuestras bandanas. Podrías estar mintiendo, he oído que eso se os da muy bien. Como le hayáis hecho algo os juro que...
Los ojos de la chica se abrieron durante unos momentos, bruscamente, deteniendo la conversación, con una breve espasmo. Sea lo que sea que estuviese buscando tan frenéticamente, lo había encontrado...
Cuando lo saco no supo del todo que era. Lo vio cuando lo sacó, mientras lo sostenía con la mano derecha. Era una especie de trozo cilindrico y alargado metálico, de una tonalidad roja. En el extremo inferior asomaba un pequeño trozo, similar a la punta de un cuchillo, bañado con unos destellos de color rojizo. Era sangre.... Este pequeño extremo parecía continuar, oculto por el metal.
Como premio por su búsqueda desesperada, pudo ver como una gota de sangre resbalaba por la palma de su mano, emanaba de una pequeña herida, de dos o tres centímetros, en la palma.
— Te vas a hacer daño... —comentó Juro, viendo lo que estaba pasando. Primero, el agua, ahora, el cuchillo...No lo tenía exactamente sacado, pero estaba seguro de que se encontraba en una especie de funda.
— ¡No he pedido tu opinión! — le contestó, claramente enfadada, quiza aún más ahora...— Contestad o largaos antes de que saque esto.
La chica blandía el pequeño trozo de metal, pero no se había atrevido a moverse del sitio. Juro calculó que si lo sacaba, no mediría más que un par de centímetros de largo, pero era un arma, después de todo. Esperó que no hiciera falta.
Le dirigió una mirada rapida a Ayame. Después de todo, ella tenía la prueba irrefutable de que no mentía...
Juro juraría que una mirada de incredulidad aparecería en la joven cuando veía con el rabillo del ojo como Ayame retrocedía, al igual que Juro, que estaba aun algo atontado como para ir por libre. Su compañera intentó terminar con el malentendido de raíz, contando la verdad.
— ¿Con mi madre? — preguntó, casi con incredulidad — ¿Y por qué os ha enviado aqui mi madre? Es más, ¿Por que debería fiarme de vosotros? Sois dos ninjas, lo veo en vuestras bandanas. Podrías estar mintiendo, he oído que eso se os da muy bien. Como le hayáis hecho algo os juro que...
Los ojos de la chica se abrieron durante unos momentos, bruscamente, deteniendo la conversación, con una breve espasmo. Sea lo que sea que estuviese buscando tan frenéticamente, lo había encontrado...
Cuando lo saco no supo del todo que era. Lo vio cuando lo sacó, mientras lo sostenía con la mano derecha. Era una especie de trozo cilindrico y alargado metálico, de una tonalidad roja. En el extremo inferior asomaba un pequeño trozo, similar a la punta de un cuchillo, bañado con unos destellos de color rojizo. Era sangre.... Este pequeño extremo parecía continuar, oculto por el metal.
Como premio por su búsqueda desesperada, pudo ver como una gota de sangre resbalaba por la palma de su mano, emanaba de una pequeña herida, de dos o tres centímetros, en la palma.
— Te vas a hacer daño... —comentó Juro, viendo lo que estaba pasando. Primero, el agua, ahora, el cuchillo...No lo tenía exactamente sacado, pero estaba seguro de que se encontraba en una especie de funda.
— ¡No he pedido tu opinión! — le contestó, claramente enfadada, quiza aún más ahora...— Contestad o largaos antes de que saque esto.
La chica blandía el pequeño trozo de metal, pero no se había atrevido a moverse del sitio. Juro calculó que si lo sacaba, no mediría más que un par de centímetros de largo, pero era un arma, después de todo. Esperó que no hiciera falta.
Le dirigió una mirada rapida a Ayame. Después de todo, ella tenía la prueba irrefutable de que no mentía...
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60