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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#3
Y, para su estupefacción, ese alguien era precisamente la madre de Daruu. Kiroe. Quien, tirada en el suelo, se frotaba la parte inferior de la espalda entre sonoras carcajadas.

—Ay, Ayame, ¡que me has atropellado! —exclamó, levantándose. Y Ayame se sonrojó hasta las orejas.

—¡Ay! ¡L... lo siento mucho! No te he visto... —se excusó, pero ella, restándole importancia al asunto, le revolvió el cabello también.

—Tenías que haberte visto la cara, Zetsuo. ¡Ya te dije que había aprobado! Tengo mis fuentes.

Zetsuo cruzó los brazos sobre el pecho y ladeó ligeramente la cabeza.

—Yo ya sabía que había aprobado, mujer. No eres la única con pajaritos —le espetó, con el ceño fruncido.

Ayame hundió los hombros ligeramente. ¿Acaso la habían estado espiando? ¿Se le había fastidiado el factor sorpresa?

—Bueno, Zetsuo-san. Kōri-san —suspiró Kiroe, con los brazos en jarra sobre sus caderas—. Todo está hablado y sellado. Ya he hecho el papeleo con los encargados. Creo que como primera misión les vendrá genial, me alegra que la consideres buena...

«¿Misión?» Ayame parpadeó varias veces, genuinamente confundida.

—Yo opino como Kōri, les vendrá bien para conocerse como equipo. ¡Este chico ha tenido una buena idea, eh! Además, ya nos conocemos todos, qué mejor que quede todo en familia.

«¡¿Equipo?!»

Ayame abrió y cerró la boca varias veces, tratando de intervenir. Sin embargo, no encontraba las palabras y Kiroe no dejaba de parlotear:

—Voy a decírselo a Daruu. Ya verás qué cara pone cuando se entere de lo de Ayame. Esta mañana el pobre no ha querido ni desayunar, de los nervios. Creo que puso tanto empeño en ayudarla que se siente con parte de la responsabilidad. ¡Bueno, hasta luego!

En un abrir y cerrar de ojos, la mujer había desaparecido por la puerta. Aunque, justo antes de que terminara de cerrarse, volvió a asomar la cabeza.

—¿A qué hora le digo a Daruu que esté en la entrada de la villa? Ah, sí, perdón. Mañana a las nueve, sí, mañana a las nueve. ¡Perfecto! ¡Chaaaao!

Ahora sí. La puerta se cerró con un chasquido. Y Zetsuo suspiró con pesadez.

—Qué mujer... A veces pienso que no se callaría ni aunque tuviera la cabeza metida en el váter.

—Q... ¿Qué es eso de la misión y el equipo? —pudo preguntar al fin Ayame. Aunque en realidad sólo tenía que sumar dos más dos para hallar la respuesta.

—Mientras estabas haciendo el examen, nosotros estábamos hablando sobre tu futuro y el de Daruu como genin —explicó Kōri. Ayame podría haber apostado lo que fuera a que le había visto sonreír hacía apenas un par de minutos, pero su rostro ahora volvía a ser aquella máscara fría y sin sentimientos que le era tan familiar—. Llegamos a la conclusión de que lo mejor es que Daruu y tú forméis equipo... y yo sea vuestro sensei. Por lo que mañana será nuestra primera misión.

—Pero... esto es muy apresurado. Habéis hecho todo ese papeleo... ¡sin saber si iba a aprobar el examen siquiera!

—Ya hemos perdido bastante tiempo —apuntilló Zetsuo, y alzó la barbilla en un gesto orgulloso—. Y por supuesto ibas a aprobar. Hemos estado supervisando tus entrenamientos todos estos días, niña. No había manera que fallaras.

«Y si lo hubiese hecho...» Ayame tragó saliva y sacudió la cabeza. Demasiadas emociones de repente. Demasiada información. No se había dado cuenta hasta aquel momento, pero estaba terriblemente cansada.

—Y ahora, vamos a celebrarlo. Te hemos preparado tu plato favorito.

—Y Kiroe-san ha dejado taiyaki... y bollitos de vainilla.

Aquello le arrancó una sonrisa. Hacía mucho tiempo que no se sentía tan feliz... y tan acogida. Aquella iba a ser la mejor noche en mucho tiempo, de eso podía estar segura.

...

Ayame había llegado a la entrada de la aldea diez minutos antes de lo acordado. Con más ojeras que el día anterior si es que eso era posible.

«Demasiado estrés... podrían haberme dejado un día o dos de descanso...» Pensaba, tapándose la boca para contener un sonoro bostezo.

Y es que, nuevamente, le había sido casi imposible conciliar el sueño. Si el día anterior la despertaban las imágenes de las mil y una maneras que podría haber suspendido el examen de genin, aquella noche habían sido imágenes sobre cómo la misión se podía ir al traste de un modo u otro. Y eso que ni siquiera conocía aún los detalles de su tarea.

«Bueno... se supone que las primeras misiones son tareas fáciles y sencillas para que los genin se vayan habituando... ¿no?» Trató de consolarse, pero aquello no aliviaba su angustia.

—Buenos días, Ayame —la voz de Kōri tras su espalda la sobresaltó.

—Buenos días, hermano. ¿Dónde estabas? Pensaba que vendríamos juntos, pero cuando me he despertado ya no estabas en casa.

—Tenía que ultimar el papeleo para hacer oficial el equipo —explicó, y entonces clavó sus ojos gélidos sobre ella con severidad—. Por cierto, Ayame, mientras estemos de misión no somos hermanos. Sólo soy tu sensei y tú eres mi pupila, igual que Daruu-kun.

—E... está bien, Kōri...-sensei. —Qué extrañas le sabían aquellas palabras.

Pero Kōri parecía satisfecho, porque asintió para sí y le tendió un pergamino enrollado. El pliegue de apertura estaba cerrado con un sello de lacre azul y en el que estaba inscrito el símbolo de Amegakure junto a una D mayúscula.

—Esto es de parte de Arashikage-sama. Los detalles de nuestra primera misión.

Ayame asintió para sí. Tomó el pergamino y, con el corazón acelerado, rompió el sello y lo abrió.
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
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Mensajes en este tema
(D) El ingrediente secreto - por Aotsuki Ayame - 4/04/2017, 19:54
RE: (D) El ingrediente secreto - por Aotsuki Ayame - 5/04/2017, 21:03


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