18/06/2015, 16:20
(Última modificación: 18/06/2015, 16:39 por Sasagani Yota.)
Yo solo quería ir a ver el famoso Valle del fin. No sé ni en que momento me perdí y me desvié del rumbo que debía tomar, pero desde luego lo hice sin darme cuenta. Lo cierto es que de pronto me vi envuelto en un festival de luminosidad y sonido sin parangón además de comprobar que los rumores eran totalmente ciertos. Pero aún quedaba algo por averiguar respecto a los rumores.
Realmente perdí la cuenta de las veces que me detuve, mirando al horizonte tratando de orientarme y volver a caminar hacia adelante. Todos los intentos fueron en vano y probablemente cada vez estaba más alejado de mi preciada Uzushiogakure y del dichoso Valle del Fin que algún día acabaría visitando, pero ahora lo que necesitaba era, o bien encontrar a alguien que me guiase, o bien por algún milagro divino, retomar el rumbo correcto como si fuera por arte de magia. Pero entre todos aquellos relámpagos que golpeaban la tierra con tanta violencia, se antojaba prácticamente imposible que me topase con algún nativo que quisiese darme una mano.
-¡¡Me cago en todo lo cagable!!!- vociferé, en una de mis paradas, víctima de la rabia.
Suspiré hondo como si la rabia fuese a irse con aquella corriente de aire, pero no fue así.
*No tiene que ser tan difícil.. Debe haber algún modo de volver*
Trataba de autoconvencerme de que acabaría volviendo a casa algún día pese a los nervios que no hacían más que ir en aumento. Hasta que escuché a aquella chica la cual me dio un toque de atención. en un primer instante vería en mi espalda y en un tamaño considerable, el abanico de los Uchiha que ocupaba toda mi espalda en aquella camiseta de fondo negro, partido por el paso de mi trenza azabache. escondí el amuleto del Yin bajo la camiseta y giré la cabeza para verla. Pálida como la leche y con dos soles en el rostro vi lo que parecía una kunoichi de Amegakure, o eso o había robado esa bandana que colgaba de su delicado cuello.
*Hoy es mi día de suerte, definitivamente*
¡Hey! ¿Eres de Amegakure?-
Me quedé clavado en el sitio, recordando mi último encuentro con alguien de aquella aldea. Esperaba que la cosa aquel día fuese más tranquila que con Daruu.
Realmente perdí la cuenta de las veces que me detuve, mirando al horizonte tratando de orientarme y volver a caminar hacia adelante. Todos los intentos fueron en vano y probablemente cada vez estaba más alejado de mi preciada Uzushiogakure y del dichoso Valle del Fin que algún día acabaría visitando, pero ahora lo que necesitaba era, o bien encontrar a alguien que me guiase, o bien por algún milagro divino, retomar el rumbo correcto como si fuera por arte de magia. Pero entre todos aquellos relámpagos que golpeaban la tierra con tanta violencia, se antojaba prácticamente imposible que me topase con algún nativo que quisiese darme una mano.
-¡¡Me cago en todo lo cagable!!!- vociferé, en una de mis paradas, víctima de la rabia.
Suspiré hondo como si la rabia fuese a irse con aquella corriente de aire, pero no fue así.
*No tiene que ser tan difícil.. Debe haber algún modo de volver*
Trataba de autoconvencerme de que acabaría volviendo a casa algún día pese a los nervios que no hacían más que ir en aumento. Hasta que escuché a aquella chica la cual me dio un toque de atención. en un primer instante vería en mi espalda y en un tamaño considerable, el abanico de los Uchiha que ocupaba toda mi espalda en aquella camiseta de fondo negro, partido por el paso de mi trenza azabache. escondí el amuleto del Yin bajo la camiseta y giré la cabeza para verla. Pálida como la leche y con dos soles en el rostro vi lo que parecía una kunoichi de Amegakure, o eso o había robado esa bandana que colgaba de su delicado cuello.
*Hoy es mi día de suerte, definitivamente*
¡Hey! ¿Eres de Amegakure?-
Me quedé clavado en el sitio, recordando mi último encuentro con alguien de aquella aldea. Esperaba que la cosa aquel día fuese más tranquila que con Daruu.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa