22/04/2017, 00:37
Mi cara de aburrimiento era más que evidente, pasaban los minutos y nadie se acercaba, mantuve la paciencia y calma por los primeros 90 minutos pero ¿cómo podría seguir perdiendo tiempo así? Me negaba rotundamente a quedarme en aquel tatami esperando a que alguien se acercara y entabláramos un combate.
”Y pensar que Kyubei encuentra buenos combates aquí…”
Sí Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma, ¿no? Así que dejé aquella plataforma y me dispuse a buscar a mi propio rival. Tras dar unas cuantas vueltas por el lugar y observar a varios enfrentarse con una llama ardiente y sedienta de la victoria me preguntaba ¿por qué ellos estaban combatiendo y yo no?
¿Acaso no era lo suficientemente fuerte para tener un rival? ¿O era que mi aspecto intimidaba a los demás? Negué con la cabeza, ninguna de las dos opciones era convincente, quizás no era mi día.
—Vaya, no esperaba encontrarte por aquí. — Comenté justo subiendo al tatami del calvo. Claramente lo había reconocido, al llamar su atención posaría mis orbes sobre los suyos, al verlos recordaría a los míos, sí esos sí que eran unos lindos ojos.
—¿Sí se consigue una pelea aquí?— Pregunté —Tengo un buen rato por aquí y no he conseguido ni una mirada pérdida hacia mi persona. — Expresé, aunque a él no le importase tenía la intención de comentarlo a alguien y saber sí siempre era así, cosa que preguntaría después.
”Y pensar que Kyubei encuentra buenos combates aquí…”
Sí Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma, ¿no? Así que dejé aquella plataforma y me dispuse a buscar a mi propio rival. Tras dar unas cuantas vueltas por el lugar y observar a varios enfrentarse con una llama ardiente y sedienta de la victoria me preguntaba ¿por qué ellos estaban combatiendo y yo no?
¿Acaso no era lo suficientemente fuerte para tener un rival? ¿O era que mi aspecto intimidaba a los demás? Negué con la cabeza, ninguna de las dos opciones era convincente, quizás no era mi día.
—Vaya, no esperaba encontrarte por aquí. — Comenté justo subiendo al tatami del calvo. Claramente lo había reconocido, al llamar su atención posaría mis orbes sobre los suyos, al verlos recordaría a los míos, sí esos sí que eran unos lindos ojos.
—¿Sí se consigue una pelea aquí?— Pregunté —Tengo un buen rato por aquí y no he conseguido ni una mirada pérdida hacia mi persona. — Expresé, aunque a él no le importase tenía la intención de comentarlo a alguien y saber sí siempre era así, cosa que preguntaría después.