23/04/2017, 06:44
Kurozuchi les miró a ambos, nuevamente. Entonces sobó su sien con la mano derecha, visiblemente sorprendido por las interrogantes del tiburón y de la paciencia con la que actuaba el tuerto. Entonces juntó sus manos, volvió a verle a los dos, y habló:
—Óyeme bien, gyojin. No es tu trabajo conocer detalles que al fin y al cabo no te ayudarán a cumplir tu jodida misión. Siéntete satisfecho de que, de buenas a primeras, tienes una misión de Rango D de la que encargarte: hacerle la custodia al cargamento durante ésta noche, evitar que le suceda nada y tenerlo listo y en buen estado para la primera hora de la mañana. Allí, entro yo.
El sensei sacó de su chaleco una caja de cigarrillos, y se tomó su tiempo para encender uno. Le dio dos caladas, y continuó.
—Éste guapetón, por su parte, tiene otra misión que a pesar de las recomendaciones de la aldea al señor Jinbë ha sido catalogada como rango C. Es un simple cargamento que debe llegar a Shinogi-to, pero el viejo paranoico ha insistido en que el objeto en cuestión era demasiado importante como para dejar que unos críos lo llevasen. Él es quien ha pagado la pasta, nosotros no vamos a decir que no. ¿Tú lo harías?
—Bueno, no... yo...
—Exacto. Ahora cierra la jodida bocaza, y preocúpate por descansar un poco. Tendrás que estar despierto toda la noche. Tú también, Kagetsuna.
—Óyeme bien, gyojin. No es tu trabajo conocer detalles que al fin y al cabo no te ayudarán a cumplir tu jodida misión. Siéntete satisfecho de que, de buenas a primeras, tienes una misión de Rango D de la que encargarte: hacerle la custodia al cargamento durante ésta noche, evitar que le suceda nada y tenerlo listo y en buen estado para la primera hora de la mañana. Allí, entro yo.
El sensei sacó de su chaleco una caja de cigarrillos, y se tomó su tiempo para encender uno. Le dio dos caladas, y continuó.
—Éste guapetón, por su parte, tiene otra misión que a pesar de las recomendaciones de la aldea al señor Jinbë ha sido catalogada como rango C. Es un simple cargamento que debe llegar a Shinogi-to, pero el viejo paranoico ha insistido en que el objeto en cuestión era demasiado importante como para dejar que unos críos lo llevasen. Él es quien ha pagado la pasta, nosotros no vamos a decir que no. ¿Tú lo harías?
—Bueno, no... yo...
—Exacto. Ahora cierra la jodida bocaza, y preocúpate por descansar un poco. Tendrás que estar despierto toda la noche. Tú también, Kagetsuna.