25/04/2017, 23:41
Ante la afirmativa de aquella pelirroja, Ritsuko dedicó una ligera reverencia acompañada por una media sonrisa y se dedicó a seguirla a unos pasos de distancia, principalmente para respetar su espacio, además de que si aquella joven decidía quedarse allí, la de Kusa volvería a su búsqueda por unos baños termales.
Al final, el empleado y la de cabellos cortos entablaron una conversación, no muy larga pero la menor pudo escuchar perfectamente las indicaciones y demás, inclusive los piropos que el hombre soltaba a Aiko. ~¿Será así con todos? ~Se preguntó a sí misma la de las válvulas, pero no pronunció palabra, esperaba pacientemente con brazos cruzados frente a su cuerpo.
Finalizada la charla y obtenida la bebida que había estado buscando, la de Ame se acercó una vez más a la ‘loca’ y le pasó el mismo mensaje que había escuchado del empleado del local, incluyendo también una oferta que no podía despreciar.
—Gracias, soy capaz de pasar de largo el local. —Respondió acompañando a sus palabras con una ligera risa nerviosa.
Incluso es muy factible que ya lo hubiese hecho, es decir, por algún muy buen motivo aquel pueblo es conocido como la “Villa de las aguas termales”, así que no encontrar absolutamente ninguno era una tarea bastante complicada. Y ella se las había arreglado para hacerlo posible.
Si nada se interponía en su camino, Ritsuko comenzaría a marchar hacia la puerta, dejándola abierta para que su compañera pasara primero ya que la veía cargada con dos botellas.
—¿Eres de Amegakure? ¿O solo tienes el símbolo de adorno? —Preguntó la menor con un tono algo ahogado porque justo después se vio obligada a cubrirse la boca con la mano para toser un poco. —Disculpa.
Al final, el empleado y la de cabellos cortos entablaron una conversación, no muy larga pero la menor pudo escuchar perfectamente las indicaciones y demás, inclusive los piropos que el hombre soltaba a Aiko. ~¿Será así con todos? ~Se preguntó a sí misma la de las válvulas, pero no pronunció palabra, esperaba pacientemente con brazos cruzados frente a su cuerpo.
Finalizada la charla y obtenida la bebida que había estado buscando, la de Ame se acercó una vez más a la ‘loca’ y le pasó el mismo mensaje que había escuchado del empleado del local, incluyendo también una oferta que no podía despreciar.
—Gracias, soy capaz de pasar de largo el local. —Respondió acompañando a sus palabras con una ligera risa nerviosa.
Incluso es muy factible que ya lo hubiese hecho, es decir, por algún muy buen motivo aquel pueblo es conocido como la “Villa de las aguas termales”, así que no encontrar absolutamente ninguno era una tarea bastante complicada. Y ella se las había arreglado para hacerlo posible.
Si nada se interponía en su camino, Ritsuko comenzaría a marchar hacia la puerta, dejándola abierta para que su compañera pasara primero ya que la veía cargada con dos botellas.
—¿Eres de Amegakure? ¿O solo tienes el símbolo de adorno? —Preguntó la menor con un tono algo ahogado porque justo después se vio obligada a cubrirse la boca con la mano para toser un poco. —Disculpa.