26/04/2017, 15:50
Estando a una distancia bastante cercana, Mogura podía ser espectador de lo que estaba ocurriendo. Desgraciadamente tambien estaba siendo testigo de una conversación de la cual no formaba parte realmente, eso era un poco grosero dependiendo a quien se le preguntase.
Habaki Karamaru era el nombre del cenobita, el nombre del otro muchacho ya lo conocía, Inoue Keisuke.
Ninguno de los dos parecía haber reparado en que él se encontraba por ahí, sin mucha intención de intervenir en su decisión de combatir, buscaría con la mirada un lugar para sentarse y contemplar las acciones de ambos.
A unos metros de aquel tatami donde se encontraban los posibles combatientes, había una solitaria colchoneta que para el propósito que la quería el joven médico venía más que bien. Se colocó en una bien prolija posición de seiza, digna de libro de etiqueta, desde ahí podría disfrutar del entrenamiento.
Habaki Karamaru era el nombre del cenobita, el nombre del otro muchacho ya lo conocía, Inoue Keisuke.
Ninguno de los dos parecía haber reparado en que él se encontraba por ahí, sin mucha intención de intervenir en su decisión de combatir, buscaría con la mirada un lugar para sentarse y contemplar las acciones de ambos.
A unos metros de aquel tatami donde se encontraban los posibles combatientes, había una solitaria colchoneta que para el propósito que la quería el joven médico venía más que bien. Se colocó en una bien prolija posición de seiza, digna de libro de etiqueta, desde ahí podría disfrutar del entrenamiento.
Hablo - Pienso