26/04/2017, 16:21
(Última modificación: 26/04/2017, 16:21 por Inuzuka Nabi.)
—Mi hermano tenía que hacer algo en ese bosque
Y BOOOOOM, todo encajó en mi mente. Había sido testigo de partes del plan de Kusagakure y Amegakure. Aquel shinobi que perseguía una rana capaz de paralizar a la gente con el simple hecho de tener contacto con ellos. Ellos no podrían haber creado tal criatura, en Ame no hay animales, solo metal y sangre. ¡Se habían compinchado con Kusagakure para llevar a cabo algún tipo de plan!
Por cierto me llamo Aotsuki Ayame
Quería... Debía mantener la compostura, que no me viera como una amenaza para sacarle tanta información como pudiese. Al menos, conseguir hablarle sin vejarla de alguna forma o en algún sentido. Y darle un nombre falso, obviamente, pero que no se notara que era falso.
— Yo soy Nabi Senju
Cuando me di cuenta de lo estupido que iba a sonar, sobretodo si ella conocía el clan Senju, decidí que era tarde para retirarse. Solo quedaba, seguir a muerte.
— El clan Nabi es un clan local de Uzushiogakure, no creo que lo conozcas.
Hice un breve gesto con la mano restandole importancia a lo que acababa de decir, conseguí mantener un tono neutro, tampoco es que tuviera la gente me hiciera mucho caso así que nunca le di mucha importancia a mi tono. Me imaginé que hablaba con una piedra, eso hizo que mi voz adquiriera el tono que solía usar cuando hablaba con cualquier desconocido de fuera de Uzushiogakure, que es como si hablaras con un NPC en un juego. Esa era mi definición de tono neutro.
Sobre lo de antes, debes estar confundiendo reptiles de gran tamaño con los dinosaurios. ¡Todo el mundo sabe que se extinguieron hace muchísimo tiempo!
— ¿Y cómo lo sabes? ¿Has estado alguna vez cerca de Kusagakure?
Tosí cuando acabe de hablar, porque el tono había vuelto a ser el de Maldita Amenia traidora. Empezaba a pensar, que por qué era yo el que se ocultaba tras una mascara. Empecé a barajar la opción de soltarle algunas verdades a la pobre Aotsuki Ayame y ver como reaccionaba.
Y BOOOOOM, todo encajó en mi mente. Había sido testigo de partes del plan de Kusagakure y Amegakure. Aquel shinobi que perseguía una rana capaz de paralizar a la gente con el simple hecho de tener contacto con ellos. Ellos no podrían haber creado tal criatura, en Ame no hay animales, solo metal y sangre. ¡Se habían compinchado con Kusagakure para llevar a cabo algún tipo de plan!
Por cierto me llamo Aotsuki Ayame
Quería... Debía mantener la compostura, que no me viera como una amenaza para sacarle tanta información como pudiese. Al menos, conseguir hablarle sin vejarla de alguna forma o en algún sentido. Y darle un nombre falso, obviamente, pero que no se notara que era falso.
— Yo soy Nabi Senju
Cuando me di cuenta de lo estupido que iba a sonar, sobretodo si ella conocía el clan Senju, decidí que era tarde para retirarse. Solo quedaba, seguir a muerte.
— El clan Nabi es un clan local de Uzushiogakure, no creo que lo conozcas.
Hice un breve gesto con la mano restandole importancia a lo que acababa de decir, conseguí mantener un tono neutro, tampoco es que tuviera la gente me hiciera mucho caso así que nunca le di mucha importancia a mi tono. Me imaginé que hablaba con una piedra, eso hizo que mi voz adquiriera el tono que solía usar cuando hablaba con cualquier desconocido de fuera de Uzushiogakure, que es como si hablaras con un NPC en un juego. Esa era mi definición de tono neutro.
Sobre lo de antes, debes estar confundiendo reptiles de gran tamaño con los dinosaurios. ¡Todo el mundo sabe que se extinguieron hace muchísimo tiempo!
— ¿Y cómo lo sabes? ¿Has estado alguna vez cerca de Kusagakure?
Tosí cuando acabe de hablar, porque el tono había vuelto a ser el de Maldita Amenia traidora. Empezaba a pensar, que por qué era yo el que se ocultaba tras una mascara. Empecé a barajar la opción de soltarle algunas verdades a la pobre Aotsuki Ayame y ver como reaccionaba.
—Nabi—