Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#37
Cuando el cuerpo de artista no recibió respuesta alguna a su graciosa idea para lograr despertar al escualo, se encontró con un silencio fortuito. Porque detrás de su anterior maniobra para intentar despertar también al joven Kagetsuna, tan sólo se chocó de lleno con la misma situación que le afligía en un principio:

Ninguno de sus dos pupilos, quería despertar. Sin importar lo que hiciese.

El tatuado frunció el ceño evidentemente ofuscado por la situación. Y es que su intención era —y así creía haberlo dejado claro desde un principio— hacer de niñero lo menos posible, al menos hasta donde la llama de la juventud y la travesura de los miembros de su equipo se lo permitiese. Pero hasta el punto de tener que incluso luchar para que los dos bribones se tuvieran que levantar de la cama...

Él no había firmado para eso.

Entonces movió sus manos sin pensarlo dos veces, formuló una serie de sellos y respiró profundo. De su boca salió a presión un potente caudal de agua que impactó directamente en Kagetsuna, al nivel de su estómago. Y luego en Kaido, haciendo que ambos se llevasen un buen golpe con la pared detrás suyo, y se vieran arrastrados además fuera del sofá.

—¡Maldita sea, despierten de una vez, coño!

El escualo dio dos vueltas certeras sobre sí y despertó a un metro de su cómoda cama. Con los orbes a punto de salir de sus cuencas, y un par de venas marcándose en su frente; el gyojin gritó con furia y desconcierto, dando varios golpes al aire como si buscase vengarse del semejante susto que le habían dado.

—Ah, qué, ¡qué sucede! —espetó, confuso— ¿tú me has hecho esto, sensei-mierda-san?

Inmediatamente después de su perjura, la puerta de la habitación de abrió. Un joven dependiente miró a Kurozuchi, señalando su muñeca. Estaba retrasados para la vigilia de la noche. Fue entonces que el sensei alzó los brazos, demostrándole a sus jóvenes shinobi que era hora de ponerle seriedad al asunto.

La verdadera misión estaba a punto de empezar.
Responder


Mensajes en este tema
RE: [Automisión D] De tiburones, tuertos y cuervos - por Umikiba Kaido - 27/04/2017, 06:21


This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.