28/04/2017, 00:13
Ambas pelirrojas pronto se pusieron en marcha hacia el local donde deberían de poder bañarse sin la presencia de seres del sexo masculino que pudieran llegar a molestarlas y con un poco de suerte nadie hacía preguntas sobre la infinidad de válvulas presentes en el cuerpo de la más joven. Aunque claro, ella no sufría de acoso ni nada similar en situaciones normales, pero en baños públicos nunca faltaba aquel que buscaba conseguir algo sea con quien sea, para colmo si se mantenía cerca de la de Ame seguramente sería catalogada como ‘la amiga fea de…’.
De cualquier manera, no podía reclamar por absolutamente nada, menos considerando que la contraria le estaba haciendo el favor de acompañarla al teórico lugar que habían mencionado y en el mejor de los casos llegarían.
—No te preocupes, pregunté por mera curiosidad, no es que me importe demasiado el lugar de procedencia de la gente. —Contestó con tono neutro en un intento por dejar en claro que no cambiaría su forma de tratarla solo por ser una kunoichi de otra villa.
Aunque claro, todavía recordaba a los de Ame con los que se había relacionado y hasta el momento no se había llevado muy buena impresión de aquellos. Especialmente porque en ambos casos hasta cierto punto le habían terminado coqueteando, en el peor hasta matrimonio le pidieron.
—Ya estamos aquí, no tiene sentido volver. —Respondió la de Kusa acercándose a la puerta.
Se adelantó justamente para abrir la puerta a la de cabellos cortos, después de todo llevaba dos botellas así que podrían ocurrir algunos accidentes si no se tenía el cuidado necesario y nadie querría desperdiciar una buena cerveza.
Pero justo al momento de abrir la puerta y sostenerla, recordó un pequeño detalle que le llamó bastante la atención por lo que no dudó en preguntarle a Aiko.
—Momento, ¿también buscabas unas termas?
De cualquier manera, no podía reclamar por absolutamente nada, menos considerando que la contraria le estaba haciendo el favor de acompañarla al teórico lugar que habían mencionado y en el mejor de los casos llegarían.
—No te preocupes, pregunté por mera curiosidad, no es que me importe demasiado el lugar de procedencia de la gente. —Contestó con tono neutro en un intento por dejar en claro que no cambiaría su forma de tratarla solo por ser una kunoichi de otra villa.
Aunque claro, todavía recordaba a los de Ame con los que se había relacionado y hasta el momento no se había llevado muy buena impresión de aquellos. Especialmente porque en ambos casos hasta cierto punto le habían terminado coqueteando, en el peor hasta matrimonio le pidieron.
—Ya estamos aquí, no tiene sentido volver. —Respondió la de Kusa acercándose a la puerta.
Se adelantó justamente para abrir la puerta a la de cabellos cortos, después de todo llevaba dos botellas así que podrían ocurrir algunos accidentes si no se tenía el cuidado necesario y nadie querría desperdiciar una buena cerveza.
Pero justo al momento de abrir la puerta y sostenerla, recordó un pequeño detalle que le llamó bastante la atención por lo que no dudó en preguntarle a Aiko.
—Momento, ¿también buscabas unas termas?