1/05/2017, 21:08
—Soy Aotsuki Ayame —respondió ella, tajante y ligeramente grosera. Kaido alzó una ceja, sorprendido de la pequeña llama naciente de un ser que se la antojaba débil y diminuto, aunque poco después trastabiló en sus propias palabras y preguntó, mucho más serena, si él se llamaba... —. Tú eres... ¿Carpín-san?
El escualo envolvió sus labios y arrugó la nariz, ¿de dónde cojones había sacado ese nombre?
—Soy Kaido. K, a, i, d, o —deletreó—. ¿cómo te atreves a no recordar bien el nombre del shinobi estrella de la promoción de la academia ninja del año 216?
En súbito, Kaido llevó sus manos a la cara. Se tapó la boca e hizo un gesto de vergüenza, recordando todo en súbito. Pudo haberse reído, pero lo que estaba a punto de decir era por sí lo bastante insultante como agregarle su socarrona risilla.
—Oh, cierto... es que tú, tú... eres la que falló el examen —dejó caer sus manos sobre la mesa y fijó mirada en la frente de la muchacha, donde reposaba, sin embargo; la banda metálica que sólo le otorgan a quien ha alcanzado superar las pruebas de la academia. Hoy por hoy, Ayame era una genin, como él —. pero mira, si igual no has perdido el tiempo. Ya tienes tu bandana, ¡enhorabuena!
Jozu volvió en ese instante, y miró nervioso a los reunidos. Dejó sobre la mesa dos copas de vidrio, y sirvió en ellas agua directa de la jarra. El gyojin tomó su vaso, alzándolo; y brindó, ligeramente irónico. E instó a que Ayame hiciera lo mismo.
—Por Amegakure, y por sus más grandes ninjas. Y por los no tan grandes también.
Haciendo énfasis en eso último, Kaido miró fijamente a la muchacha. Y atacó la tensión del momento bebiendo de su vaso, y tomando después un trozo de pan. Destruyéndolo dentro de sus afiladas fauces, lentamente.
El escualo envolvió sus labios y arrugó la nariz, ¿de dónde cojones había sacado ese nombre?
—Soy Kaido. K, a, i, d, o —deletreó—. ¿cómo te atreves a no recordar bien el nombre del shinobi estrella de la promoción de la academia ninja del año 216?
En súbito, Kaido llevó sus manos a la cara. Se tapó la boca e hizo un gesto de vergüenza, recordando todo en súbito. Pudo haberse reído, pero lo que estaba a punto de decir era por sí lo bastante insultante como agregarle su socarrona risilla.
—Oh, cierto... es que tú, tú... eres la que falló el examen —dejó caer sus manos sobre la mesa y fijó mirada en la frente de la muchacha, donde reposaba, sin embargo; la banda metálica que sólo le otorgan a quien ha alcanzado superar las pruebas de la academia. Hoy por hoy, Ayame era una genin, como él —. pero mira, si igual no has perdido el tiempo. Ya tienes tu bandana, ¡enhorabuena!
Jozu volvió en ese instante, y miró nervioso a los reunidos. Dejó sobre la mesa dos copas de vidrio, y sirvió en ellas agua directa de la jarra. El gyojin tomó su vaso, alzándolo; y brindó, ligeramente irónico. E instó a que Ayame hiciera lo mismo.
—Por Amegakure, y por sus más grandes ninjas. Y por los no tan grandes también.
Haciendo énfasis en eso último, Kaido miró fijamente a la muchacha. Y atacó la tensión del momento bebiendo de su vaso, y tomando después un trozo de pan. Destruyéndolo dentro de sus afiladas fauces, lentamente.