3/05/2017, 15:35
Bueno... No está mal... Tu turno Karamaru.
El calvo tomó sus treinta shuriken, pero en el momento que llevó la primera a su mano, se dio cuenta del tiempo que había pasado desde su último entrenamiento con aquellas armas. Hacía meses que no lanzaba una, y además nunca había sido bueno en esas cosas.
«No pases vergüenza Karamaru, por favor no lo hagas»
Tomó aire, infló el pecho y lanzó la primera. Había fallado, pero tenía muchas más oportunidades. Falló la segunda y con la misma emoción tomó la tercera. Otro intento fallido.
Para cuando hubiese terminado, solo siete shuriken se habían clavado en los objetivos. Cuatro en las dianas fijas, tres en las calabazas fijas. No sabía donde meterse, en ese momento se arrepentía de haberse metido en un juego de ese estilo. Eso le pasaba por haber sido siempre el peor del templo en lanzamientos.
Ay que desastre...
Bueno, bueno, pero que tenemos aquí.- interrumpió el barbudo- Has dado en muchos jovencito. Y tú, bueno tú.... sigue practicando ¿Eh?
Aquí tienen sus premios.- y con la misma sonrisa con la que los había recibido se marchó a recuperar las shuriken y atender otros clientes.
El calvo se había quedado como premio con un grupo más de dangos, esta vez unos dulces. A Riko, por su parte, se le había otorgado una máscara de calabaza color oro que pocas personas tenían por el lugar. Tan pocas y entre tanta gente que se hacía imposible encontrarlas.
Estuviste tan cerca...- Yachi se había vuelto a acercar para cuando los shinobi se alejasen un poco del tumulto.
—Pero sigues siendo tan genial como antes, no cualquiera obtiene esa máscara. Como se nota que tienes madera de shinobi.
La mujer se agarró al brazo zurdo del peliblanco sin intención de soltarlo mientras los tres caminaban por una calle ancha llena de gente.
El calvo tomó sus treinta shuriken, pero en el momento que llevó la primera a su mano, se dio cuenta del tiempo que había pasado desde su último entrenamiento con aquellas armas. Hacía meses que no lanzaba una, y además nunca había sido bueno en esas cosas.
«No pases vergüenza Karamaru, por favor no lo hagas»
Tomó aire, infló el pecho y lanzó la primera. Había fallado, pero tenía muchas más oportunidades. Falló la segunda y con la misma emoción tomó la tercera. Otro intento fallido.
Para cuando hubiese terminado, solo siete shuriken se habían clavado en los objetivos. Cuatro en las dianas fijas, tres en las calabazas fijas. No sabía donde meterse, en ese momento se arrepentía de haberse metido en un juego de ese estilo. Eso le pasaba por haber sido siempre el peor del templo en lanzamientos.
Ay que desastre...
Bueno, bueno, pero que tenemos aquí.- interrumpió el barbudo- Has dado en muchos jovencito. Y tú, bueno tú.... sigue practicando ¿Eh?
Aquí tienen sus premios.- y con la misma sonrisa con la que los había recibido se marchó a recuperar las shuriken y atender otros clientes.
El calvo se había quedado como premio con un grupo más de dangos, esta vez unos dulces. A Riko, por su parte, se le había otorgado una máscara de calabaza color oro que pocas personas tenían por el lugar. Tan pocas y entre tanta gente que se hacía imposible encontrarlas.
Estuviste tan cerca...- Yachi se había vuelto a acercar para cuando los shinobi se alejasen un poco del tumulto.
—Pero sigues siendo tan genial como antes, no cualquiera obtiene esa máscara. Como se nota que tienes madera de shinobi.
La mujer se agarró al brazo zurdo del peliblanco sin intención de soltarlo mientras los tres caminaban por una calle ancha llena de gente.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘