3/05/2017, 16:04
Juro trató de recomponerse. Era un ninja, maldita sea. Aunque fuese pequeño y estuviese perdido, tenía que tratar de mantener algo de dignidad. Si su hermana le dejase sacar a Gen...
— ¡Quita, vejestorio!
Ante la sorpresa de Juro, el siguiente en caer al suelo fue el hombre trajeado que le había tirado. Las mujeres que iban a su lado se quedaron petrificadas , observando como el señor caía y perdía el bastón. Juro contuvo la risa.
El autor era un chico, un poco más alto que él mismo. Su pelo era llamativo, rubio y hacia todas las direcciones. Sus ojos, color marrón dorado. Vestía de forma sencilla, y llevaba el bastón del hombre, sobre el que se apoyaba. Amablemente, le tendió la mano, para que se pudiera levantar. La aceptó, intentando no mostrarse receloso.
— ¿Estás bien, chaval?
— Si... — murmuró, en voz baja, algo impresionado aún —. Muchas gracias. Ya estoy algo mejor.
Se sacudió el polvo y se ajustó la bolsa de atrás. No pudo comprobar el estado de Gen, pero supuso que él también estaba bien. Si no, habría sentido las piezas rompiéndose, junto a su corazón. No. Gen era más resistente que eso. Observó con algo de admiración como el chico controlaba la situación, como sostenía el bastón y vigilaba al hombre. Sin embargo, además del hombre, habría sido una buena idea que vigilase lo que pasaba alrededor de él.
Desde su espalda, un puñetazo golpeó su coronilla. Después, se escuchó un grito. Luego varios. Todos femeninos. El chico pronto se vería rodeado por todo un escuadrón de mujeres furiosas, que antes habían acompañado al hombre.
— ¡Devuelvele el bastón a Satoru-sama! — exclamó una.
— ¡Eso! -- fue secundado por otra.
Todas manifestaron su apoyo. Mientras el hombre se levantaba y se sacudía el polvo, las mujeres, ofendidas, acorralaron al chico. No eran ninjas ni luchadores. Solo parecían ser civiles con muy mala leche. Una se lanzó para darle un puñetazo en el estomago. Otra trató de colgarse a su brazo para impedir que se moviese. Una le agarró de la pierna derecha. Otra más espabilada trató de darle una patada desde su espalda directa al punto más débil de un hombre.
Estaban realmente furiosas.
— ¡Quita, vejestorio!
Ante la sorpresa de Juro, el siguiente en caer al suelo fue el hombre trajeado que le había tirado. Las mujeres que iban a su lado se quedaron petrificadas , observando como el señor caía y perdía el bastón. Juro contuvo la risa.
El autor era un chico, un poco más alto que él mismo. Su pelo era llamativo, rubio y hacia todas las direcciones. Sus ojos, color marrón dorado. Vestía de forma sencilla, y llevaba el bastón del hombre, sobre el que se apoyaba. Amablemente, le tendió la mano, para que se pudiera levantar. La aceptó, intentando no mostrarse receloso.
— ¿Estás bien, chaval?
— Si... — murmuró, en voz baja, algo impresionado aún —. Muchas gracias. Ya estoy algo mejor.
Se sacudió el polvo y se ajustó la bolsa de atrás. No pudo comprobar el estado de Gen, pero supuso que él también estaba bien. Si no, habría sentido las piezas rompiéndose, junto a su corazón. No. Gen era más resistente que eso. Observó con algo de admiración como el chico controlaba la situación, como sostenía el bastón y vigilaba al hombre. Sin embargo, además del hombre, habría sido una buena idea que vigilase lo que pasaba alrededor de él.
Desde su espalda, un puñetazo golpeó su coronilla. Después, se escuchó un grito. Luego varios. Todos femeninos. El chico pronto se vería rodeado por todo un escuadrón de mujeres furiosas, que antes habían acompañado al hombre.
— ¡Devuelvele el bastón a Satoru-sama! — exclamó una.
— ¡Eso! -- fue secundado por otra.
Todas manifestaron su apoyo. Mientras el hombre se levantaba y se sacudía el polvo, las mujeres, ofendidas, acorralaron al chico. No eran ninjas ni luchadores. Solo parecían ser civiles con muy mala leche. Una se lanzó para darle un puñetazo en el estomago. Otra trató de colgarse a su brazo para impedir que se moviese. Una le agarró de la pierna derecha. Otra más espabilada trató de darle una patada desde su espalda directa al punto más débil de un hombre.
Estaban realmente furiosas.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60