5/05/2017, 06:02
—Eh, eh. No me metas en el mismo costal. No te consta que yo sea así—. O eso era lo que él quería creer, pues sus pucheros a veces le traicionaban y dejaban ver que aún bajo ese rostro de querer asesinar a su vecino aún existían rastros de infantilismo. Sí, quizás estaba algo marcado, pero inconscientemente aún tenía algo dentro de sí que le hacía comportarse de tal modo. —Tienes razón en algo, no es buena idea dejar a dos niñitos cuidando algo de valor. Peeeero se supone que si nos entrenaron como shinobis fue para que seamos medianamente responsables.— Irónico que él lo dijera, pues solía ser el primero en armar escándalo y puchero a la hora de recibir órdenes. Aunque tarde o temprano terminaba haciendo caso.
"Aunque de verdad es una grandísima mierda que nos manden hasta el fondo de esta posilga por saber ni que clase de estupidez. Los adultos le dan valor a metales y piedras sólo porque brillan en vez de aquello que realmente sea útil. Preferiría hartarme mi dinero en comida que en miserables de joyas. Además, un ladrón corriente no se iba a poder meter a una bodega como esta tan fácilmente. El viejo es un exagerado."
Ni siquiera habían cenado nada de nada, y los dulces de la tarde no le bastaban para considerarse lleno. Ignoraba realmente lo que le decía Kaido, prestaba sólo atención a lo último que decía para fingir estar interesado en su plática.
—Pues pobre de tu curiosidad, porque yo no me pienso arriesgar a que nos cachen fisgoneando en el maletín.— No sabía si Kaido estaría dispuesto a hacer tal cosa, pero él mismo estaba en total desacuerdo. —No niego que quiera saber que hay ahí dentro, pero quién sabe y Kurozuchi nos esté espiando de algún modo— Ese era más que nada su temor.
Le gustaba pisar en suelo seguro, no se iba a arriesgar. Se limitó a sacar de su portaobjetos un kunai y empezó a morderlo en la anilla cómo si fuese la cosa más normal del mundo.
—Mejor cuéntame algo productivo de tí. Qué se yo, habilidades o algo— Se pasó el kunai al otro lado de la boca mientras hablaba —Si vamos a ser equipo y toda la vaina supongo que cómo mínimo deberíamos saber esa clase de cosas.
"Aunque de verdad es una grandísima mierda que nos manden hasta el fondo de esta posilga por saber ni que clase de estupidez. Los adultos le dan valor a metales y piedras sólo porque brillan en vez de aquello que realmente sea útil. Preferiría hartarme mi dinero en comida que en miserables de joyas. Además, un ladrón corriente no se iba a poder meter a una bodega como esta tan fácilmente. El viejo es un exagerado."
Ni siquiera habían cenado nada de nada, y los dulces de la tarde no le bastaban para considerarse lleno. Ignoraba realmente lo que le decía Kaido, prestaba sólo atención a lo último que decía para fingir estar interesado en su plática.
—Pues pobre de tu curiosidad, porque yo no me pienso arriesgar a que nos cachen fisgoneando en el maletín.— No sabía si Kaido estaría dispuesto a hacer tal cosa, pero él mismo estaba en total desacuerdo. —No niego que quiera saber que hay ahí dentro, pero quién sabe y Kurozuchi nos esté espiando de algún modo— Ese era más que nada su temor.
Le gustaba pisar en suelo seguro, no se iba a arriesgar. Se limitó a sacar de su portaobjetos un kunai y empezó a morderlo en la anilla cómo si fuese la cosa más normal del mundo.
—Mejor cuéntame algo productivo de tí. Qué se yo, habilidades o algo— Se pasó el kunai al otro lado de la boca mientras hablaba —Si vamos a ser equipo y toda la vaina supongo que cómo mínimo deberíamos saber esa clase de cosas.