22/06/2015, 10:37
Yoshimitsu apareció varios años despues, seguramente porque habia bajado las escaleras como una princesita que teme tropezarse con su propio ego. Por suerte, Nabiatsu era un aventurero y descendia por ellas con un estilo propio que le aseguraba ser siempre el primero en llegar a su destino. El pelirrojo, sin embargo, y por algún motivo sobrenatural, simplemente, obvió el puto cadaver de un jodido unicornio para soltar una broma sobre huesos.
Nabi le miró, y miró al unicornio, y volvió a mirar a Yoshi.
Bakuhatsu Yoshimitsu, estas ante unos huesos de un unicornio y lo único que se te ocurre es soltar un chiste sobre huesos. ¿En serio? ¿De verdad?
Volvió a centrar su atencion en el poni cornudo muerto. Acercó su mano para tocar aquel especimen tan inusual como sin vida. Cuando iba a llegar a tocarlo, desapareció. Nabi se levantó de golpe y miro alrededor con la antorcha en alto. Aunque en realidad, la antorcha era innecesaria.
Lo que parecian ser huesos en el suelo, se levantaron, formando una manada de unicornios que por algún motivo brillaban en la oscuridad con un tenue resplandor de color marfil, igual que los huesos que los formaban. Cuando ya habia llegado a un punto en que la situación no podia ser más surrealista, el cabecilla de la manada de caballos cornudos les miro con las cuencas de los ojos vacias y abrió la boca, y de ella surgió una poderosa llamarada que pillaria desprevenidos a los muchachos pero no llegaria a alcanzarles, pues los unicornios estaban a unos cinco metros. Aunque el fuego no llegara a ellos, podrian sentir el calor llameante en la estancia debido al ataque.
¿Qué cojones...? ESTO ES SUPER EPICO
La estupefacción le duró apenas unos milisegundos pues su rostro evolucionó a uno de total fascinación. En ese momento queria capturar a esos unicornios y hacer un pacto con ellos para poder invocarles, caballos cornudos escupefuego. No podia haber nada más legendario en todo el puto mundo ninja.
La manada se quedó amenazante detras de su lider, esperando alguna orden del mismo, que miraba al duo de shinobis como si esperara una respuesta de ellos.
Nabi le miró, y miró al unicornio, y volvió a mirar a Yoshi.
Bakuhatsu Yoshimitsu, estas ante unos huesos de un unicornio y lo único que se te ocurre es soltar un chiste sobre huesos. ¿En serio? ¿De verdad?
Volvió a centrar su atencion en el poni cornudo muerto. Acercó su mano para tocar aquel especimen tan inusual como sin vida. Cuando iba a llegar a tocarlo, desapareció. Nabi se levantó de golpe y miro alrededor con la antorcha en alto. Aunque en realidad, la antorcha era innecesaria.
Lo que parecian ser huesos en el suelo, se levantaron, formando una manada de unicornios que por algún motivo brillaban en la oscuridad con un tenue resplandor de color marfil, igual que los huesos que los formaban. Cuando ya habia llegado a un punto en que la situación no podia ser más surrealista, el cabecilla de la manada de caballos cornudos les miro con las cuencas de los ojos vacias y abrió la boca, y de ella surgió una poderosa llamarada que pillaria desprevenidos a los muchachos pero no llegaria a alcanzarles, pues los unicornios estaban a unos cinco metros. Aunque el fuego no llegara a ellos, podrian sentir el calor llameante en la estancia debido al ataque.
¿Qué cojones...? ESTO ES SUPER EPICO
La estupefacción le duró apenas unos milisegundos pues su rostro evolucionó a uno de total fascinación. En ese momento queria capturar a esos unicornios y hacer un pacto con ellos para poder invocarles, caballos cornudos escupefuego. No podia haber nada más legendario en todo el puto mundo ninja.
La manada se quedó amenazante detras de su lider, esperando alguna orden del mismo, que miraba al duo de shinobis como si esperara una respuesta de ellos.
—Nabi—