22/06/2015, 15:20
Todo fluía según como lo tenía ordenado en mi cabeza. Sabía a ciencia cierta que Kota me contestaría con la misma técnica y así fue, tan solo uso la otra variante del Gokakyo, algo que como ambos sabíamos le haría disfrutar de una movilidad superior y poder ejecutar la técnica sin problemas. El que estaba contra las cuerdas era yo y solo me salvaría el hecho de que mi llamarada superase a su proyectil.
*Vamos, joder ¡Vamos!*
estaba totalmente concentrado siguiendo expulsando más y más fuego con tal de salirme victorioso. De no conseguirlo iba a llevarme un buen golpe. Hasta que mi sharingan avisto dos proyectiles más que avanzaron a través del fuego. Ese cabrón me conocía bien y supo aprovecharse de eso. Pero no iba a tener tiempo de reacción posible para evitarlos, iban en dirección a mis piernas e instintivamente detuve mi técnica la cual acabó superando el proyectil del peliblanco y traté de moverme a mi derecha para eludir aquellos kunais pero finalmente rasgaron mi piel haciendo brotar alguna que otra gota de sangre, la cual emprendió un vuelo hacia el suelo, dejando una ligera marca rojiza debajo de la tela de mis pantalones.
-Tsk..- mascullé con cierta rabia.
Tomé el kunai que aguardaba en mi portaobjetos con mi mano diestra y corrí en dirección a aquel humo en busca de mi mellizo. Aquello aún no había terminado, por supuesto que no.
*Vamos, joder ¡Vamos!*
estaba totalmente concentrado siguiendo expulsando más y más fuego con tal de salirme victorioso. De no conseguirlo iba a llevarme un buen golpe. Hasta que mi sharingan avisto dos proyectiles más que avanzaron a través del fuego. Ese cabrón me conocía bien y supo aprovecharse de eso. Pero no iba a tener tiempo de reacción posible para evitarlos, iban en dirección a mis piernas e instintivamente detuve mi técnica la cual acabó superando el proyectil del peliblanco y traté de moverme a mi derecha para eludir aquellos kunais pero finalmente rasgaron mi piel haciendo brotar alguna que otra gota de sangre, la cual emprendió un vuelo hacia el suelo, dejando una ligera marca rojiza debajo de la tela de mis pantalones.
-Tsk..- mascullé con cierta rabia.
Tomé el kunai que aguardaba en mi portaobjetos con mi mano diestra y corrí en dirección a aquel humo en busca de mi mellizo. Aquello aún no había terminado, por supuesto que no.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa