6/05/2017, 23:46
— Señoritas, por favor, vamos a tranquilizarnos y a hablar del tema.
Por supuesto, las mujeres no se tranquilizaron lo más mínimo. Se lanzaron como fieras desorganizadas, con la esperanza de detener al chico que había dañado a su querido hombre.
Sin embargo, y para sorpresa de Juro, el que el chico rubio hubiese tirado a aquel hombre no era casualidad. Agilmente, se deshizo de las mujeres, con una agilidad impropia de un civil. Literalmente se apoyó en el bastón para saltar y romper el rodeo de las mujeres. Después, lanzó el bastón hacia su dueño original, quien observaba, asombrado.
Mientras Juro observaba todo, una mujer, quién había decidido no participar en los golpes, se le acercó.
— ¿Quieres venir conmigo, pequeño?
— ¿Eh?
Eso solo provocó una carcajada por parte de la mujer.
— Toma anda, para cuando crezcas. Si alguna vez pasas por aquí...
Ante la sorpresa de Juro, la mujer le dio una pequeña tarjeta cuadriculada de visita. Después, se fue, al tiempo que el chico rubio se acercaba a él.
— Sera mejor que nos vayamos de aquí cuanto antes.
— S-Si, vamonos de aquí.
El grupo numeroso del hombre y las mujeres no harían nada para detenerlos. Juro, confiado, decidió seguir al chico rubio. Después de todo, le debía algo. Mientras caminaban, no pudo evitar ojear aquella pequeña tarjeta. En ella se podía ver a una mujer igual que las anteriores. El título decía algo como "Burdel de las Camelias rojas".
Solo cuando se hubieran alejado lo suficiente, cogería confianza para hablar.
— Esto... Gracias por la ayuda. Casi te metes en una buena por defenderme — murmuró, algo avergonzado. Él no podría haber hecho algo así —. Soy Juro.
Le tendió la mano y le sonrió amistosamente. Tras esperar su contestación, decidiría compartir lo de la tarjeta.
— Por cierto, una de las mujeres me dio esto. ¿Es alguna clase de bar donde trabajan o algo así?
Por supuesto, las mujeres no se tranquilizaron lo más mínimo. Se lanzaron como fieras desorganizadas, con la esperanza de detener al chico que había dañado a su querido hombre.
Sin embargo, y para sorpresa de Juro, el que el chico rubio hubiese tirado a aquel hombre no era casualidad. Agilmente, se deshizo de las mujeres, con una agilidad impropia de un civil. Literalmente se apoyó en el bastón para saltar y romper el rodeo de las mujeres. Después, lanzó el bastón hacia su dueño original, quien observaba, asombrado.
Mientras Juro observaba todo, una mujer, quién había decidido no participar en los golpes, se le acercó.
— ¿Quieres venir conmigo, pequeño?
— ¿Eh?
Eso solo provocó una carcajada por parte de la mujer.
— Toma anda, para cuando crezcas. Si alguna vez pasas por aquí...
Ante la sorpresa de Juro, la mujer le dio una pequeña tarjeta cuadriculada de visita. Después, se fue, al tiempo que el chico rubio se acercaba a él.
— Sera mejor que nos vayamos de aquí cuanto antes.
— S-Si, vamonos de aquí.
El grupo numeroso del hombre y las mujeres no harían nada para detenerlos. Juro, confiado, decidió seguir al chico rubio. Después de todo, le debía algo. Mientras caminaban, no pudo evitar ojear aquella pequeña tarjeta. En ella se podía ver a una mujer igual que las anteriores. El título decía algo como "Burdel de las Camelias rojas".
Solo cuando se hubieran alejado lo suficiente, cogería confianza para hablar.
— Esto... Gracias por la ayuda. Casi te metes en una buena por defenderme — murmuró, algo avergonzado. Él no podría haber hecho algo así —. Soy Juro.
Le tendió la mano y le sonrió amistosamente. Tras esperar su contestación, decidiría compartir lo de la tarjeta.
— Por cierto, una de las mujeres me dio esto. ¿Es alguna clase de bar donde trabajan o algo así?
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60