9/05/2017, 17:53
Parecía que la táctica de Keisuke terminaría llevando el combate a un final. Karamaru había hecho su mejor intento por noquear al médico antes de perder suficiente sangre como para seguir peleando.
El joven pelirrojo parecía bastante preparado para el combate, habiendo logrado bloquear los últimos golpes de su oponente incluso tomaría la palabra para declarar el final del entrenamiento, robandole la frase a Mogura. ¿Tendría algún día la oportunidad de decirlo él?
El cenobita estaba perdiendo sangre y necesitaba una intervención médica inmediata, el muchacho de cabello azabache estaba más que preparado para ser el voluntario pero su colega insistió en ser él quien se hiciese cargo. En su rostro se dibujó una ligera sonrisa mientras realizaba una ligera reverencia.
No iba a intervenir entre Keisuke y su orgullo.
Sin embargo, la mirada del joven Manase juzgaba en todo momento las acciones del chico, el procedimiento que llevaba a cabo para estabilizar a su paciente y la manera en la que trataba la herida. Si el pelirrojo se giraba tan solo un instante podría admirar aquella mirada por parte de Mogura, como si fuese un profesor de la academia examinandole en la prueba final.
Solo que en esa ocasión no había una bandana de premio, su premio era salvar la vida de su compañero.
El joven pelirrojo parecía bastante preparado para el combate, habiendo logrado bloquear los últimos golpes de su oponente incluso tomaría la palabra para declarar el final del entrenamiento, robandole la frase a Mogura. ¿Tendría algún día la oportunidad de decirlo él?
El cenobita estaba perdiendo sangre y necesitaba una intervención médica inmediata, el muchacho de cabello azabache estaba más que preparado para ser el voluntario pero su colega insistió en ser él quien se hiciese cargo. En su rostro se dibujó una ligera sonrisa mientras realizaba una ligera reverencia.
No iba a intervenir entre Keisuke y su orgullo.
Sin embargo, la mirada del joven Manase juzgaba en todo momento las acciones del chico, el procedimiento que llevaba a cabo para estabilizar a su paciente y la manera en la que trataba la herida. Si el pelirrojo se giraba tan solo un instante podría admirar aquella mirada por parte de Mogura, como si fuese un profesor de la academia examinandole en la prueba final.
Solo que en esa ocasión no había una bandana de premio, su premio era salvar la vida de su compañero.
Hablo - Pienso