9/05/2017, 19:35
Perpleja por la habitación en que se encontraba, la chica alejó su vista lo suficiente como para perder de su marco visual al peliblanco. Para cuando escuchó el portazo, volvió la mirada y se quejó ante el chico de que iba a desmontar el castillo. Cuando ésta localizó al chico, realmente se llevó una sorpresa. Riko se encontraba relativamente cerca suya, demasiado, y por ende alejado de la puerta como para poder dar ese portazo. Por otro lado, su rostro claramente reflejaba su inocencia, así como la culpabilidad de un tercero.
¿Tendría el chico un amigo y le estaban gastando una broma?
Fuese como fuese, la chica era dura de roer, más aún teniendo en cuenta que su integridad física le importaba bien poco, y no tenía miedo a nada. Alzó una ceja ante el comentario del chico, que defendía a duras penas la posibilidad de que se hubiese cerrado sola. Algo insostenible, sobre todo teniendo en cuenta la ausencia de viento que experimentaban.
—Si... claro... el viento... —sentenció con un tono irónico.
»Si lo que intentas es asustarme, has topado con la chica equivocada. No tengo miedo de nada, perdí ese sentimiento inútil hace ya varios años.
Lejos de la realidad, no sabía realmente si éste había tenido algo que ver. Quizás había sido algún tipo de truco, o a saber. En fin, tampoco lo iba a tomar en serio siendo que la otra opción era que hubiese sido un... "fantasma". La chica dejó caer un suspiro, y avanzó por la sala. Caminó con paso firme y seguro, hasta llegar al principio de la escalera. Antepuso su pie izquierdo, y ejerció presión sobre el escalón de piedra. Éste no cedió, dando el detalle de su integridad material. Siendo así, la chica comenzó a subir las escaleras con aplomo.
—Si yo fuese la dueña de éste castillo, seguro que viviría por aquí arriba. ¿estarán por aquí los aposentos principales? —descubrió su objetivo ante el peliblanco.
¿Tendría el chico un amigo y le estaban gastando una broma?
Fuese como fuese, la chica era dura de roer, más aún teniendo en cuenta que su integridad física le importaba bien poco, y no tenía miedo a nada. Alzó una ceja ante el comentario del chico, que defendía a duras penas la posibilidad de que se hubiese cerrado sola. Algo insostenible, sobre todo teniendo en cuenta la ausencia de viento que experimentaban.
—Si... claro... el viento... —sentenció con un tono irónico.
»Si lo que intentas es asustarme, has topado con la chica equivocada. No tengo miedo de nada, perdí ese sentimiento inútil hace ya varios años.
Lejos de la realidad, no sabía realmente si éste había tenido algo que ver. Quizás había sido algún tipo de truco, o a saber. En fin, tampoco lo iba a tomar en serio siendo que la otra opción era que hubiese sido un... "fantasma". La chica dejó caer un suspiro, y avanzó por la sala. Caminó con paso firme y seguro, hasta llegar al principio de la escalera. Antepuso su pie izquierdo, y ejerció presión sobre el escalón de piedra. Éste no cedió, dando el detalle de su integridad material. Siendo así, la chica comenzó a subir las escaleras con aplomo.
—Si yo fuese la dueña de éste castillo, seguro que viviría por aquí arriba. ¿estarán por aquí los aposentos principales? —descubrió su objetivo ante el peliblanco.