Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#7
El vehículo avanzaba con buena velocidad, dando pequeños tumbos de vez en cuando. En su interior apenas se podía ver la silueta de los otros pasajeros, arrebujados sobre sí mismos para mantener cerca el vital calor.

El piloto se asomo un momento al interior y grito algo un tanto difícil de comprender:

¡Se acerca una leve ventisca, prepárense!

Kōtetsu asomo su cabeza tanto como pudo a través de la abertura. Miro el camino que tenían por delante, y solo pudo ver una enorme nube blanca y helada que se movía a ras del suelo con gran velocidad. No comprendía de que se trataba, pues la palabra ventisca le era desconocida, pero le pareció suficientemente amenazante como para devolverse al interior y acomodar las pieles como estaban anteriormente.

De pronto, el trineo se sacudió como si fuese golpeado por una tempestad rugiente. La velocidad disminuyo un poco, pero en ningún momento se detuvo. La estructura se agitaba con fuerza, amenazando con despedazarse, y por la más mínima de las hendiduras se filtraba un frio colérico. Por si no fuese suficiente, la poca luz diurna que les llegaba desde afuera se opaco hasta dar la impresión de que estaban en medio de un crepúsculo helado. Y el aullido de los feroces vientos cargados de escarcha impedían que cualquiera pudiese conciliar un poco de tranquilidad.

Tranquilos, es solo una pequeña tormenta veraniega —aseguro uno de los hombres que les acompañaba a bordo.

El sujeto era bajito y fornido, un nativo de aquellos que se habían encargado de subir las maletas al trineo. Tomo un pequeño frasco y se dispuso a alimentar la lámpara que les proporcionaba un poco de luz y nada de calor. La llama se avivo, trayendo consigo un ambiente un poco más iluminado y confortable. Habiendo hecho eso, el hombre tomo una caja y la coloco en el centro, quedando parcialmente iluminado por el candil encima de él, se sentó encima y se cubrió con una gruesa y cálida piel que arrastraba consigo.

Puede que esto dure un rato, señores, y aun nos falta mucho para llegar al pueblo —aseguro, con cierto tono de diversión—. ¡Pues bien! Esta es una buena oportunidad para contarles una historia y que aprendan un poco sobre nuestro pueblo... ¿Que les parece?

El sujeto esperaría a que todos dieran su aprobación, y que prestaran atención, antes de comenzar su relato.


Dentro del trineo hace un frio barbaro, y todos estamos cubiertos con nuestras abrigadas prendas. Por lo que no es posible detallar los rostros cubiertos de los otros pasajeros.
[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]
Responder


Mensajes en este tema
RE: La muerte es blanca y tiene los ojos azules - por Hanamura Kazuma - 10/05/2017, 05:36


This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.