10/05/2017, 11:20
Aiko continuó con sus suposiciones que, a pesar de tener cierto sentido y parecer lógicas, no terminaban de convencer al peliblanco que, aunque desde muy pequeño había sid escéptico con el tema de los fantasmas, ahora que lo estaba experimentando en sus propias carnes, le parecía mucho más real de lo que había imaginado.
—¿Qué sentido tendría no hacerlo? Pueden contener un mecanismo interior que se active por movimientos cercanos, activando la trampa. ¿Cómo si no iba a funcionar el castillo encantado? Mantén la mente fría. Por mucho que ésto te pueda asustar, tan solo tienes que ser precavido.
El Senju suspiró, no pretendía parecer un miedica, pero aquello no le gustaba ni un pelo.
— Está bien, está bien, lo siento, trataré de ser un poco más tranquilo.
Entonces llegó algo que descuadró severamente al de ojos violáceos, una frase de su acompañante que aseguraba no correr ningún peligro, mientras que el propio peliblanco si podría correrlo, lo cual, a ojos de Riko era toda una contradicción, pues si estaban juntos en eso, lo lógico era que ambos estuvieran en la posición. Pero no, Aiko preocedió a explicárselo, muy por encima, aunque, después, hizo una pequeña demostración.
— ¡¿Pero que hac...?! — La pelirroja echó mano a la katana y empezó a apretar, tras lo cual, comenzó a sangrar bastante, tras lo que Riko, rápidamente se puso a buscar en su bolsa algo con lo que curar aquella estúpida herida.
Riko alzó la cabeza, en el momento justo para ver como su acompañante le mostraba la palma de la mano en que se había hecho el corte que, instantáneamente, comenzó a cerrarse, hasta que la herida desapareció por completo.
— ¡¿Pero que cojones?! ¿Có-Cómo haces eso? — Los ojos de Riko estaban muy abiertos, no conocía a nadie que tuviera tal poder de regeneración, y aquello le intrigaba sobremanera.
—¿Qué sentido tendría no hacerlo? Pueden contener un mecanismo interior que se active por movimientos cercanos, activando la trampa. ¿Cómo si no iba a funcionar el castillo encantado? Mantén la mente fría. Por mucho que ésto te pueda asustar, tan solo tienes que ser precavido.
El Senju suspiró, no pretendía parecer un miedica, pero aquello no le gustaba ni un pelo.
— Está bien, está bien, lo siento, trataré de ser un poco más tranquilo.
Entonces llegó algo que descuadró severamente al de ojos violáceos, una frase de su acompañante que aseguraba no correr ningún peligro, mientras que el propio peliblanco si podría correrlo, lo cual, a ojos de Riko era toda una contradicción, pues si estaban juntos en eso, lo lógico era que ambos estuvieran en la posición. Pero no, Aiko preocedió a explicárselo, muy por encima, aunque, después, hizo una pequeña demostración.
— ¡¿Pero que hac...?! — La pelirroja echó mano a la katana y empezó a apretar, tras lo cual, comenzó a sangrar bastante, tras lo que Riko, rápidamente se puso a buscar en su bolsa algo con lo que curar aquella estúpida herida.
Riko alzó la cabeza, en el momento justo para ver como su acompañante le mostraba la palma de la mano en que se había hecho el corte que, instantáneamente, comenzó a cerrarse, hasta que la herida desapareció por completo.
— ¡¿Pero que cojones?! ¿Có-Cómo haces eso? — Los ojos de Riko estaban muy abiertos, no conocía a nadie que tuviera tal poder de regeneración, y aquello le intrigaba sobremanera.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»