10/05/2017, 18:57
—¡Alegra esa cara! —exclamó de pronto un joven que se dirigió hacia el Uchiha—. ¡Que no todos los días puede decir uno que va a hacer una misión con Datsue el Intrépido!
Akame enarcó una ceja, escéptico. Reconocía a aquel tipo; era Uchiha Datsue, su compañero de misión junto con Noemi. Un muchacho que había entrado en la Academia en un curso posterior, y graduado recientemente como gennin. «Dicen que es bueno para su edad... Desde luego, no lo parece», caviló el Uchiha. Un ninja que se diera tantos aires no podía ser buen profesional.
—¿Datsue-kun, supongo? —preguntó Akame con cierta sorna, haciendo hincapié en el honorífico 'kun' para reseñar que era mayor que su compañero—. Uchiha Akame.
Le dedicó a Datsue una levísima inclinación de cabeza. Casi al momento divisó a Noemi, tan bella como siempre pero mucho menos radiante, que se acercaba a ellos entre el gentío de la plaza.
—Buenas tardes, Noemi-san —respondió Akame con una inclinación de cabeza mucho más respetuosa que la que le dedicase al muchacho—. Terminemos con esto rápido para que podamos estar de vuelta en casa antes de la noche.
Akame empatizaba con la Sakamoto. Era consciente de que Haskoz había significado tanto —o más— para ella como para él, tanto en vida como ahora, en su muerte. Aquel trágico vínculo entre ambos, aunque quizás no recíproco, significaba mucho para el joven Uchiha.
—Nuestro objetivo es encontrar al ladrón, o ladrones, que han estado sustrayendo productos de una tienda de comestibles de la ciudad. La dueña, la señora Tofu, nos está esperando allí mismo —explicó Akame, desenrollando el pergamino para comprobar la dirección.
Akame enarcó una ceja, escéptico. Reconocía a aquel tipo; era Uchiha Datsue, su compañero de misión junto con Noemi. Un muchacho que había entrado en la Academia en un curso posterior, y graduado recientemente como gennin. «Dicen que es bueno para su edad... Desde luego, no lo parece», caviló el Uchiha. Un ninja que se diera tantos aires no podía ser buen profesional.
—¿Datsue-kun, supongo? —preguntó Akame con cierta sorna, haciendo hincapié en el honorífico 'kun' para reseñar que era mayor que su compañero—. Uchiha Akame.
Le dedicó a Datsue una levísima inclinación de cabeza. Casi al momento divisó a Noemi, tan bella como siempre pero mucho menos radiante, que se acercaba a ellos entre el gentío de la plaza.
—Buenas tardes, Noemi-san —respondió Akame con una inclinación de cabeza mucho más respetuosa que la que le dedicase al muchacho—. Terminemos con esto rápido para que podamos estar de vuelta en casa antes de la noche.
Akame empatizaba con la Sakamoto. Era consciente de que Haskoz había significado tanto —o más— para ella como para él, tanto en vida como ahora, en su muerte. Aquel trágico vínculo entre ambos, aunque quizás no recíproco, significaba mucho para el joven Uchiha.
—Nuestro objetivo es encontrar al ladrón, o ladrones, que han estado sustrayendo productos de una tienda de comestibles de la ciudad. La dueña, la señora Tofu, nos está esperando allí mismo —explicó Akame, desenrollando el pergamino para comprobar la dirección.