11/05/2017, 00:58
La mujer no demostraba estar nada feliz ya sea con el ladrón o con los shinobis allí presentes, seguramente por lo que tardaron en aparecerse pero ya lo habían hecho y no valía la pena siquiera excusarse.
Pronto la anciana los llevó al interior del local donde se podía apreciar un lío a tener en cuenta, todo destrozado y para colmo una terrible peste que hizo fruncir la nariz a la rubia que no acostumbraba a exponerse a semejantes “aromas”. De cualquier manera no pronunció palabra y antes de poder decir nada la mujer ya se había largado de la escena.
—Mi idea es interrogar al marido de la señora. Fue el que estuvo de guardia y por tanto algo debería de haber visto o escuchado si es que no se la pasó durmiendo —fue la conclusión de la kunoichi que no parecía muy feliz de estar allí —. Si les parece iré a buscarlo —concluyó observando a su alrededor por algún empleado o alguien que supiera quien era el marido de la señora Tofu.
Pronto la anciana los llevó al interior del local donde se podía apreciar un lío a tener en cuenta, todo destrozado y para colmo una terrible peste que hizo fruncir la nariz a la rubia que no acostumbraba a exponerse a semejantes “aromas”. De cualquier manera no pronunció palabra y antes de poder decir nada la mujer ya se había largado de la escena.
—Mi idea es interrogar al marido de la señora. Fue el que estuvo de guardia y por tanto algo debería de haber visto o escuchado si es que no se la pasó durmiendo —fue la conclusión de la kunoichi que no parecía muy feliz de estar allí —. Si les parece iré a buscarlo —concluyó observando a su alrededor por algún empleado o alguien que supiera quien era el marido de la señora Tofu.